
¿Las uñas acrílicas son peligrosa? Nuevas prohibiciones alertan su práctica
Las uñas de acrílico y de gel se han convertido en un ritual de belleza casi tan común como aplicarse maquillaje. En México y en muchas partes del mundo, no es raro que mujeres, y cada vez más hombres, acudan al salón dos o incluso tres veces al mes para retoques o mantenimiento.
Y es que las redes sociales han jugado un papel clave, basta con abrir TikTok o Instagram para encontrarse con miles de videos de diseños, consejos y nuevas técnicas que convierten a las manos en un lienzo creativo.
Esta popularidad creciente también despierta dudas, ¿qué tan seguras son realmente las uñas acrílicas? ¿Es cierto que pueden dañar la salud? Todo eso solo se puede responder a través de los hechos y la ciencia.
Alergias: cuando el glam se toma en serio
Según especialistas en dermatología, el problema no está tanto en la moda, sino en cómo se aplica y qué sustancias se utilizan. Los acrilatos, derivados del petróleo presentes en estos productos, son capaces de provocar dermatitis de contacto alérgica. Y aunque suene como algo pasajero, las reacciones pueden ser permanentes y dejar a la piel sensible de por vida.
La situación preocupa porque cada vez se reportan más casos de personas con enrojecimiento, ampollas o incluso lesiones que aparecen después de años de uso constante. Para los dermatólogos, la prevención está en elegir salones que trabajen con guantes de nitrilo, mascarillas y productos seguros. En casa, la recomendación es evitar la aplicación si no se cuenta con la formación adecuada. La belleza, al final, también merece cuidados responsables.
¿Y la luz ultravioleta?
Otro de los temas que genera inquietud es el uso de lámparas de luz ultravioleta (UV) para secar el gel. Estos dispositivos emiten radiación similar a la de una cama de bronceado, aunque en dosis mucho más bajas y durante un tiempo corto.
De acuerdo con la American Academy of Dermatology y estudios publicados en revistas médicas, la exposición ocasional representa un riesgo muy bajo de desarrollar cáncer de piel. Sin embargo, el peligro aumenta en personas que acuden con frecuencia, por ejemplo, cada dos semanas durante años, ya que la radiación es acumulativa.

Los especialistas recomiendan medidas sencillas de prevención: aplicar protector solar de amplio espectro en las manos antes del procedimiento o utilizar guantes especiales con la punta de los dedos descubierta. De esta forma se minimiza el impacto de la radiación sin renunciar a la manicura.
Hasta ahora, no hay evidencia contundente de que el uso esporádico de estas lámparas cause daño severo, pero sí existen reportes de que su uso intensivo, sin protección, podría aumentar el riesgo de envejecimiento prematuro de la piel y, en casos extremos, de lesiones cutáneas.
Mitos y realidades
Sobre las uñas de acrílico existen muchos mitos que circulan entre clientas, influencers y hasta en conversaciones de salón. Uno de los más comunes es pensar que solo los kits caseros son peligrosos; sin embargo, los especialistas explican que tanto en casa como en espacios profesionales el riesgo existe si no hay medidas de protección adecuadas.
Otro mito recurrente es creer que si nunca se ha presentado una reacción alérgica, entonces no ocurrirá nunca. En realidad, la alergia puede desarrollarse con el tiempo, alguien puede pasar años sin problemas y, de pronto, sufrir una reacción fuerte tras una nueva aplicación.
También se escucha con frecuencia que ir al salón solo una vez al mes es suficiente para “bajar el riesgo”. Sin embargo, la seguridad no depende tanto de la periodicidad, sino de la calidad de los productos y la manera en que se aplican. Una sola sesión con una sustancia dañina puede ser más peligrosa que varias aplicaciones seguras.

La UE dice adiós a sustancias peligrosas
La conversación sobre seguridad no es solo una preocupación personal, también ya forma parte de las políticas de salud. Desde el 1 de septiembre, la Unión Europea prohibió el uso de dos compuestos presentes en algunos esmaltes y geles semipermanentes: el óxido de difenilfosfina (TPO) y la dimetil-p-toluidina (DMTA).
Ambas sustancias están clasificadas como carcinógenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción. Si bien el riesgo para las usuarias ocasionales era considerado bajo, la prohibición busca principalmente proteger a quienes trabajan en contacto con estos productos a diario, como las esteticistas y manicuristas. Con esta medida, Europa manda un mensaje claro: la belleza no debe poner en juego la salud.
Que las uñas acrílicas y de gel estén de moda no está en discusión, son un accesorio que acompaña el estilo personal y, en muchos casos, una extensión de la identidad. Lo importante es que esta práctica tan popular se haga con información, precaución y consciencia. Optar por productos regulados, acudir a salones responsables y dar descanso a las uñas naturales son pequeños gestos que marcan la diferencia.