
Liga MX Femenil: ¿Quién es la jugadora del Mazatlán que fue suspendida por 6 años por amaño de partidos?
Una jugadora ha sido sancionada con seis años de suspensión por su presunta participación en amaño de partidos, en un caso que ha encendido las alarmas sobre la integridad deportiva dentro del campeonato femenil.
La sanción fue impuesta por la Federación Mexicana de Futbol (FMF), luego de una investigación que la vinculó directamente con actividades de apuestas ilegales y arreglos de encuentros.
¿Quién es la futbolista sancionada?
Aunque fuentes periodísticas señalan a Brenda García como la implicada, la FMF no ha hecho pública de manera oficial la identidad de la jugadora castigada, lo que ha generado especulación e incertidumbre entre aficionados y medios. Lo que sí es un hecho es que se trata de una sanción sin precedentes en la historia del futbol femenil mexicano, tanto por la duración del castigo como por la naturaleza de las acusaciones.
De acuerdo con algunas evidencias mostradas, todo apunta a que podría haber más jugadoras involucradas. Aunque por ahora solo una ha sido formalmente castigada, la FMF mantiene abierta la investigación.
Un retroceso difícil
La suspensión representa un fuerte golpe a la credibilidad de la Liga MX Femenil, que en los últimos años ha luchado por consolidarse, ganar visibilidad y profesionalismo. Este tipo de escándalos no solo empañan el trabajo de las futbolistas que actúan con honestidad, sino que también obligan a los clubes y a la liga a reforzar sus sistemas de control y prevención de corrupción.
A nivel institucional, Mazatlán FC ha evitado emitir comentarios extensos, limitándose a respaldar la postura de la Federación y colaborar en lo necesario. Por su parte, el entorno de la jugadora ha guardado silencio, mientras crecen las especulaciones sobre la posible existencia de una red mayor.
¿Y ahora qué sigue?
Con la sanción en firme, la futbolista queda completamente apartada del futbol profesional por los próximos seis años. Esta medida incluye la inhabilitación para entrenar, jugar o participar en actividades relacionadas con el futbol federado.
Mientras tanto, el caso abre un necesario debate sobre la vulnerabilidad de las ligas emergentes ante las apuestas ilegales y la urgencia de blindar el futbol femenino ante estos riesgos.