Precipitaciones. Las lluvias para el campo han beneficiado al ciclo agrícola de maíz y frijol, pero también abre la posibilidad para el cultivo de forraje.
Las precipitaciones registradas en el estado de Durango han contribuido significativamente al control de las plagas que estaban afectando diversos cultivos. Un ejemplo claro es el caso del chapulín, que provocó daños en al menos seis mil 500 hectáreas, pero cuya presencia ahora es mínima.
Ismael Ayala Salazar, titular de la Oficina de Representación de Agricultura y Desarrollo Rural del Estado de Durango (Sader), detalló que la plaga del chapulín está controlada, gracias a que las lluvias ayudaron considerablemente a disminuir su presencia.
"La lluvia ayuda mucho más que los fungicidas o plaguicidas que apliquemos", expresó. En cuanto al total de afectaciones, comentó que aún no se tiene una cifra exacta; sin embargo, en comparación con la superficie total sembrada en el estado, se considera mínima. Señaló que en total se siembran alrededor de 600 mil hectáreas, de las cuales unas 240 mil corresponden al cultivo de frijol.
El Comité de Sanidad Vegetal será el encargado de presentar un reporte detallado sobre las hectáreas afectadas. Actualmente, el enfoque está en la posibilidad de una resiembra para forraje, que, dadas las condiciones de la temporada, representa la única opción viable.
Al respecto, el director de Desarrollo Rural Municipal, Manuel Herrera Ruiz, coincidió en que el problema serio con la plaga de chapulín ya fue superado.
Aunque reconoció que las lluvias jugaron un papel fundamental en la eliminación del chapulín y del gusano cogollero, destacó que también fue clave la aplicación de tecnología, como el uso de drones y la fumigación.
Herrera Ruiz señaló que aproximadamente el 40 por ciento de los cultivos en el municipio de Durango resultó afectado por las plagas, pero ahora los productores tienen la oportunidad de optar por la siembra de forraje.