Editoriales

OPINIÓN

¿Los inmigrantes son 'invasores extranjeros', como dice Trump?

El reporte Oppenheimer

¿Los inmigrantes son 'invasores extranjeros', como dice Trump?

¿Los inmigrantes son 'invasores extranjeros', como dice Trump?

ANDRÉS OPPENHEIMER

Cuando leí que el presidente Trump había reposteado una declaración que equiparaba a los inmigrantes con "invasores extranjeros", inmediatamente busqué en sus redes sociales para ver si la información era exacta. Me pregunté si hablaba de un pequeño grupo de criminales, o a los 52 millones de personas -incluyéndome a mí- nacidos en el extranjero.

No me quedó ninguna duda: la declaración se refería a todos los inmigrantes. Trump había republicado una declaración del 1 de diciembre de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, que decía que Estados Unidos no había sido fundada "para que invasores extranjeros masacraran a nuestros héroes, malgastaran nuestros impuestos ganados con tanto esfuerzo o abusaran de los beneficios que les corresponden a los estadounidenses". Añadía, en mayúsculas: "NO LOS QUEREMOS. A NINGUNO".

La declaración fue parte de la drástica escalada de la retórica antiinmigrante del Gobierno de Trump tras el brutal ataque a dos miembros de la Guardia Nacional en Washington, D.C., por un refugiado afgano. Curiosamente, el atacante había recibido asilo de la administración Trump en abril.

Tras el ataque, donde murió una de las víctimas, Trump anunció que suspendería permanentemente la migración de "todos los países del tercer mundo" y prometió deportar a todos los inmigrantes "que no sean compatibles con la civilización occidental", incluidos los ciudadanos naturalizados.

Poco después, Trump tachó a los inmigrantes somalíes de "basura", añadiendo que Somalia "apesta y no los queremos en nuestro país".

Entre muchos otros indignados por el lenguaje de Trump, el actor Ben Stiller escribió en su cuenta de X: "Los somalíes no son basura. Los inmigrantes y refugiados de cualquier lugar son personas como tú y como yo. No deberían ser demonizados". Añadió: "Este país se construyó a costa de personas que vinieron de otros lugares. Esa es la esencia de nuestro país".

En efecto, la última vez que revisé, la Estatua de la Libertad dice: "Dadme a vuestros cansados, a vuestros pobres, a vuestras masas apiñadas que anhelan respirar en libertad".

Aunque las críticas xenófobas de Trump no son nuevas -durante la campaña dijo que los inmigrantes "están envenenando la sangre de nuestro país"-, sus últimos ataques pueden ser una señal de una mayor ofensiva contra los inmigrantes.

Probablemente no sea coincidencia que la nueva ola de retórica antiinmigrante de Trump llegue en un momento en que su base MAGA está más dividida que nunca: quizás el único elemento que la mantiene unida sea su apoyo a endurecer la mano contra los inmigrantes.

Muchos dentro de la base de Trump están furiosos por la negativa de Trump a principios de este año a publicar los archivos del caso del difunto financista Jeffrey Epstein. La base MAGA también está dividida por la guerra en Ucrania, y por el conflicto de Israel con el grupo terrorista Hamas.

Aparte de la división en su base, Trump se enfrenta a un creciente descontento general por el costo de la vida, y puede estar tratando de desviar la atención pública de la economía. El índice de aprobación de Trump cayó del 47% en febrero al 36% actual, según la última encuesta de Gallup.

Los funcionarios del Gobierno de Trump dicen que solo están persiguiendo a los "extranjeros criminales".

Sin embargo, un estudio reciente del Instituto Cato, basado en cifras oficiales, muestra que el 95% de los arrestados por el ICE y la Patrulla Fronteriza no tenían antecedentes penales por cargos de violencia. En cuanto al argumento de que las personas que se han quedado en el país más allá de lo permitido por sus visas violaron la ley, la mayoría de los expertos en inmigración coinciden en que una violación del estatus migratorio es un delito civil, no penal.

La jueza Beryl A. Howell, del Distrito de Columbia, señaló en un fallo del 2 de diciembre que "considerar a todos los inmigrantes potencialmente sujetos a deportación como delincuentes es, legalmente, completamente erróneo". Además, la política migratoria "puede afectar el comercio, la inversión, el turismo y las relaciones diplomáticas", agregó.

Bien dicho. Yo agregaría que más allá de los motivos legales y económicos para desechar la demonización de todos los inmigrantes, hay razones morales. La mera caracterización de los inmigrantes como "invasores extranjeros" es legalmente falsa, económicamente disparatada, y moralmente repugnante.

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES Trump, inmigrantes, personas, declaración

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas