Los vetados: los políticos mexicanos que ya no pueden pisar suelo estadounidense

Estados Unidos ha reforzado su política de control migratorio y, en los últimos meses, ha sorprendido con la cancelación o revocación de visas a políticos mexicanos de alto perfil. 

Gobernadores, alcaldes y legisladores se han visto de pronto impedidos de ingresar al país vecino del norte, en medio de explicaciones oficiales escuetas y un fuerte debate público.

Un mecanismo discrecional

Cuando el Departamento de Estado cancela o revoca una visa de no inmigrante, la decisión es unilateral y rara vez se acompaña de detalles. Las razones pueden ir desde sospechas de corrupción o vínculos con el crimen organizado, hasta violaciones a leyes estadounidenses, declaraciones consideradas ofensivas o simples medidas de presión diplomática. La falta de transparencia alimenta la polémica: no siempre se sabe si se trata de un castigo sustentado en investigaciones sólidas o de una señal política.

Casos que han marcado la agenda

En 2025, varios nombres destacados acapararon titulares:

• Marina del Pilar Ávila (Morena), gobernadora de Baja California, vio cancelada su visa junto con la de su esposo, de acuerdo con reportes de prensa.

• Juan Francisco Gim (PRI), alcalde de Nogales, Sonora, confirmó que las autoridades estadounidenses le retiraron el documento migratorio.

• Óscar Castro (Morena), presidente municipal de Puerto Peñasco, también fue sorprendido cuando intentaba cruzar la frontera.

• En el ámbito legislativo, medios han reportado la revocación de visa a perfiles vinculados con Morena, entre ellos el diputado Mario López Hernández (Morena), quien habría sido retenido en la frontera y regresado a México.

Otros nombres, como Hernán José Vega Burgos (exfuncionario ligado al PRI) o la consejera Melissa Cornejo (Morena), han aparecido en listados periodísticos, aunque en algunos casos las versiones oficiales no han sido confirmadas. Incluso se han difundido reportes sobre gobernadores como Américo Villarreal (Morena), que su equipo ha desmentido.

Efecto político y diplomático

Perder la visa de EE. UU. representa más que un obstáculo de viaje. Para cualquier figura pública mexicana significa un golpe a la credibilidad, afecta agendas binacionales de comercio o cooperación y coloca a los afectados en la mira de la opinión pública. En el plano internacional, puede leerse como una herramienta de presión, un recordatorio de que Washington dispone de palancas que trascienden lo económico o lo militar.

Debate abierto

Mientras algunos aplauden estas medidas como una forma de sancionar la corrupción y el crimen, otros alertan que la discrecionalidad con la que se aplican podría usarse de manera política.

La pregunta de fondo persiste: ¿hasta dónde puede llegar la influencia de una visa para moldear conductas y decisiones dentro de México?