
Los votos y la inteligencia artificial
Primero, para tener un futuro como el que nosotros deseamos, tenemos que salir a votar por nuestras autoridades municipales en Durango y Veracruz, para que después no nos manden a BOTAR, este 1 de junio próximo. el domingo, y hacerlo convencidos de que es nuestra mejor decisión.
Somos 1.5 millones de mexicanos que buscamos trabajo sin encontrarlo; casi la población de todo el estado de Durango, 5 millones de compatriotas que no buscan trabajo pero que, si les ofrecen uno que les guste, lo tomarían; casi igual que la población total de Monterrey, completita toda la zona urbana.
Somos 101 millones de mexicanos de 15 años o más que podemos trabajar y solo el 60% lo hacemos y de esos el 60% es informal, o sea que 30 millones de trabajadores en nuestro país son informales; igual a TODA la población de Jalisco, Michoacán, Morelos y el Estado de México juntos.
Más allá de los porcentajes que se ven más cordiales, las dimensiones de los números son "escalofriantes". Hay que analizar el futuro de estas tendencias que no se han movido mucho en las últimas décadas.
Tal parece que se detuvo el tiempo y seguimos con los mismos problemas. Voten por alguien que lo arregle. que nos haga menos pobres y que dignifique nuestro paso por esta vida. La elección del Poder Judicial es otro Pérez, como decimos en México, y está todo tan "reborujado", que mejor ni ofrecer opiniones. Pero de que no ayuda a dar certidumbre a las inversiones, no ayuda.
Y hablando del futuro próximo, ¿dónde se instalarán los "Centros de Datos" que necesitará la IA (inteligencia artificial) para llevar a cabo todos sus cálculos y contestar todas nuestras preguntas en milisegundos?
Un centro de datos es una mega bodega, como la mega farmacia, donde las empresas de tecnología, salud, educación, financieras, etcétera, ubican sus infraestructuras de TI (tecnologías de la información); sus servidores, drives de almacenamiento, equipo que les permite funcionar y ofrecer al usuario de IA, pagar, hoy día, los taxis y otras cosas básicas, con tarjeta.
El dilema es que estos centros de almacenamiento de datos usan mucha energía y agua. Cada vez que ordenamos una pizza, o se nos sugiere un condimento para ella, se calientan todos esos circuitos y necesitan mucho pero mucho enfriamiento. Solamente para enfriar el calor que se genera al enviar un mensaje por una plataforma de 100 palabras, se necesitan 600 ml de agua (un refresco mediano), y si extrapolamos este mensaje de 100 palabras a 40 millones de usuarios, el agua necesaria igualaría el volumen del vital líquido que utiliza una población de 1 millón de habitantes. Es "asustante".
Lo que no hay ahorita es infraestructura para suministrar a estas bodegotas no solo el agua, sino la energía para su funcionamiento. Las empresas, futureando, buscan alternativas de energía, no solo renovables, pero, chin, hasta fósiles, pues esto de la IA ya no se para. El tren ya salió. Dice un artículo de "morning brew", "la IA es como una gran fiesta que está iniciando y solo hay una bolsita de papas fritas y un refresco, y las bodegas están vacías".
En el futuro, esta demanda por centros de datos no va a parar y va a generar miles de empleos técnicos e infraestructura moderna. Muchos estados en México (y menciono especialmente a mi Duranguito querido) ya incorporan este sector entre los prioritarios para atraer su inversión. Si sumamos el valor de esta industria, seguro que rebasará al famoso "nearshoring".
Según Inegi, nuestra población ya no crecerá más en 2051 (no sé si pedirles que cooperen los que puedan, a que se crezca un poquito más) y se perderá nuestra ventaja del bono demográfico. ¿Qué tal si empezamos platicándoles a los párvulos en kínder, de la IA? Los enseñamos a investigar, y los gobiernos le apuestan a la innovación y tecnología; creamos generaciones de competidores a nivel mundial y ¿potenciales empleados de los data centers?
El destino nos alcanza, y pronto. Que no nos echen la culpa nuestros bisnietos por no hacer nada y también por votar sin reflexionar.
Las urnas, en un futuro muy cercano, las veremos operadas por robots, aunque algunos vivos ya estudian cómo moverles los circuitos para contar de más en su favor. En estas próximas, aún contaremos con los dígitos de la mano lo que hace el conteo "digital". Pero la IA acecha cada segundo; hay que entenderla y aprovecharla.
Ánimo.