Editoriales

OPINIÓN

Mando Especial de La Laguna, degradado

Contrapesos

Mando Especial de La Laguna, degradado

Mando Especial de La Laguna, degradado

VÍCTOR MONTENEGRO

Cuando en 2014 se anunció la creación del Mando Especial de Seguridad en la Comarca Lagunera, la expectativa era muy alta: un modelo de colaboración interestatal con la federación para combatir la violencia e inseguridad en una de las regiones más golpeadas por el crimen organizado. Durante varios años, dicha expectativa se cumplió.

La disminución de homicidios, secuestros y extorsiones fue palpable y convirtió al Mando en un ejemplo de coordinación, el que incluso otras regiones del país buscaron replicar. Hoy, sin embargo, el panorama es diferente. La realidad que viven los ciudadanos y empresarios de la Laguna de Durango y Coahuila, revela que los mecanismos que una vez funcionaron pueden estar quedándose cortos ante dinámicas delictivas que han evolucionado.

Las recientes denuncias en Gómez Palacio de extorsión a sectores como el agropecuario, de transportistas y de comerciantes por parte personas que se ostentan como miembros de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México, la CATEM, son solo una muestra de una problemática más profunda, como la falta de presencia efectiva de las autoridades en zonas rurales y productivas.

Según las denuncias, personas "ajenas" al sector agrícola y ganadero operan en la región, estableciendo reglas de facto que afectan la producción, el comercio y el ánimo de inversión. Esta situación, advertida por organismos como el Consejo Coordinador Empresarial y el Consejo Cívico de las Instituciones, pone en duda si el modelo de seguridad instaurado hace una década sigue siendo suficiente.

Y es que la delincuencia organizada no solo ha crecido, sino además progresa diversificado sus actividades, incursionando de manera ventajosa y abusiva en la economía formal, infiltrándose también en instituciones y organizaciones sindicales. Esta situación afecta gravemente a sectores empresariales cuyos integrantes han dedicado años de esfuerzo, inversión y sacrificio para consolidar sus negocios de manera legal.

Las estadísticas respaldan esa percepción de deterioro. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), la confianza de los laguneros en las condiciones de seguridad se ha desplomado casi 10 puntos porcentuales, una señal de alarma que no puede ni debe ser ignorada.

En ese contexto, el reciente cambio en la estructura operativa del Mando Especial -pasando de Secretaría de la Defensa a la Guardia Nacional, bajo el mando del General Brigadier Pedro Hernández Gallardo- parece ser un intento por renovar las capacidades de reacción. No obstante, el simple relevo de nombres y cargos evidentemente no está garantizando resultados.

El gobernador de Durango, Esteban Villegas Villarreal, ha reconocido abiertamente la problemática y anunció gestiones ante el secretario de Seguridad del gobierno federal, Omar García Harfuch, para abordar de raíz estas preocupaciones. La disposición de actuar es positiva, sin embargo el tiempo apremia, pues los criminales ya han demostrado su capacidad para adaptarse y aprovechar los vacíos de autoridad.

El Mando Especial de la Laguna fue, en su momento, una respuesta audaz y eficaz a un problema urgente. Hoy enfrenta otro momento crítico, pues necesita demostrar que puede renovarse y adaptarse, o definitivamente resignarse a convertirse en un modelo exitoso solamente del pasado. El aumento de denuncias ciudadanas y empresariales deja claro que su efectividad, ya no puede ser asumida como garantía.

EN LA BALANZA.- Pese al Festival Ricardo Castro, en Durango, la cultura parece ser la gran olvidada. Artistas, cineastas y gestores culturales denuncian un abandono evidente. Sin becas, sin convocatorias y con espacios de difusión mínimos, la comunidad creativa local lucha por no desaparecer. La cultura no es un lujo; es identidad, desarrollo y oportunidad económica. Ignorarla no solo apaga la creatividad, también limita el crecimiento integral de la ciudad.

CERROS SECOS Y PELONES... En Gómez Palacio, Raúl Meraz, candidato del PRI-PAN a la presidencia municipal, navega en su campaña a la deriva, sin el respaldo sólido de figuras clave de ambas fuerzas políticas. La inconformidad entre priistas y panistas ante la candidatura común fracturó la estructura de apoyo en este municipio. Mientras tanto, Betzabé Martínez, candidata de Morena y aliados, capitaliza la división a su favor, sumando a su causa a varios inconformes, algunos de manera discreta y otros, como el empresario Augusto Ávalos -tres veces candidato del PAN a la alcaldía y exdiputado local-, de forma abierta. El escenario evidencia una batalla interna que Morena no ha dudado en aprovechar.

X: @Vic_Montenegro

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES Mando, Especial, modelo, solo

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas