
Más de 100 días de José Antonio Ochoa... bajo la sombra de Esteban
Prácticamente inadvertidos pasaron los primeros 100 días del segundo mandato de José Antonio Ochoa Rodríguez al frente de la Presidencia Municipal de Durango, que él mismo ha denominado como "su segunda temporada". Y es que en la capital han sucedido diversos hechos durante ese lapso que le han arrebatado la agenda mediática al Alcalde de Durango, sobre todo los relacionados con seguridad, aunado a que los pocos eventos en donde pudiera ser el "protagonista" ha sido relegado a segundo plano por la presencia del Gobernador de Durango.
Se entiende que, durante sus primeros tres años, Ochoa haya trabajado bajo las órdenes de Esteban Villegas ya que PRI y PAN formaron una alianza que les permitió contener los embates de Morena para arrebatarles la gubernatura y la capital. Una coalición que fue más allá de las urnas, en las que el "PRIAN" se mimetizó hasta en los funcionarios de segundo nivel que dictan una misma línea en ambos gobiernos sin dejarles margen de operación.
Con lo que Ochoa Rodríguez no contaba era que el PAN decidiera "renovarse" y anunciar que vendría un divorcio con el PRI a nivel nacional que acabaría con las alianzas electorales para próximos procesos. Una decisión que dejaría como principal damnificado al mismo Alcalde capitalino, que en tres años aspira a competir por la gubernatura.
A pesar de las constantes advertencias para terminar ese "amasiato político", José Antonio Ochoa sigue apostando a que su proyección política y social dependa totalmente de lo que lo deje hacer Esteban Villegas, apareciendo en casi todos los eventos públicos como parte de la escenografía del equipo del Gobernador.
Algunos dirán que se trata de cortesía política, de buena relación o de "hacer equipo". Otros dirán que se debe a que Ochoa Rodríguez tiene que aprovechar la exposición mediática, pero la realidad es que al Ayuntamiento no le están dando el lugar que se merece para poder armar una agenda propia que le permita distanciarse del mandatario estatal como se hacía en los tiempos del poderoso PRI. En estos 100 días de su "segunda temporada" se ha tenido que recurrir a las mismas obras del anterior trienio, como el eterno Parque Lineal, el Hospital Municipal del Niño o el cacaraqueado Presupuesto Participativo en donde aún quedan pendientes de algunos proyectos ganadores de otros años.
Es cierto que no está mal tener buena relación entre Gobiernos, como no la hubo entre José Rosas Aispuro y José Ramón Enríquez, por ejemplo, que los llevó a un bloqueo de proyectos; o como la que hubo entre el mismo Aispuro Torres y Jorge Salum, donde existió cordialidad, pero se mantuvo la distancia. Pero ya parecer un miembro más del gabinete estatal es muy distinto, porque demuestra la falta de una agenda propia a pesar de las tantas necesidades en la capital.
Sería bueno que, entrando el año, a José Antonio Ochoa le preocupara más revisar el funcionamiento de su gabinete, donde hay funcionarios que claramente no están dando los resultados necesarios y que le están restando puntos con la ciudadanía, en lugar de estar preocupado por acudir a los eventos del Gobernador para aplaudirle las "cantaletas" de siempre.