
Menores institucionalizados son más propensos a revictimización, señalan
Durango tiene 51 familias de acogida certificadas y 27 menores en acogimiento familiar activo, siendo una de las entidades del país con más registros en este programa promovido por Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
La Oficial Nacional de Protección Legal Unicef México, Paula Ramírez España, dio a conocer que esta figura está activa con mayor fuerza desde el año 2014, ya que los estados han ido desarrollando sus programas, de manera paulatina, sin embargo, aún es insuficiente.
Hogar de acogida es mejor para el desarrollo
Cuando un menor está en riesgo con su familia de origen y recibe la atención por parte de las dependencias de gobierno, en muchas ocasiones, se recurre a la institucionalización, pero está comprobado que un hogar de acogida es mejor para su desarrollo y para un futuro proceso de adopción.
Y es que, aunque los esfuerzos son muy loables, los menores institucionalizados en lugares como Casa Hogar, son espacios en los que hay un mayor riesgo de revictimización y son seis veces más propensos a vivir violencia en las instituciones que en las familias, aunque los reciban por un tiempo limitado.
Además, su cerebro se desarrolla de una manera distinta cuando reciben un cuidado individualizado que sería muy difícil otorgarles cuando están en alguna institución.
Cuando una familia voluntaria los cuida, los pequeños que antes no reían, no sostenían la cabeza, no dormía o no controlaban esfínteres, empiezan a desarrollar estas habilidades y están mejor preparados para adaptarse después a una familia adoptiva.
En la actualidad, en Durango hay 194 niños y niñas en Casa Hogar y solamente 27 están en un acogimiento familiar activo, es decir, bajo el cuidado temporal de personas comprometidas que han decidido contribuir de esta forma.
A nivel nacional hay 24 mil niños y niñas institucionalizados y únicamente 400 están en estos programas.
No es suficiente, por lo que, a decir de la entrevistada, es necesario sensibilizar a las familias para que más niños puedan salir de las instituciones y vivir en hogares que les den el cariño y el cuidado que necesitan para su desarrollo, después de haber vivido situaciones muy adversas en sus familias de origen.