Miguel Cortés Miranda: ¿Quién es el ‘Jeffrey Dahmer mexicano’? Aquí te contamos
Durante más de una década, Miguel Cortés Miranda vivió como un ciudadano ejemplar en la alcaldía Iztacalco, ubicada en la Ciudad de México. Químico bacteriólogo, amante del teatro, políglota y defensor de los derechos animales, su perfil público contrastaba brutalmente con lo que ocultaba en su departamento: restos humanos, libretas con anotaciones macabras y una historia de feminicidios que se remonta al año 2012.
El 16 de abril de 2024, su fachada se derrumbó, pues Cortés fue sorprendido en flagrancia tras abusar sexualmente y asesinar por estrangulamiento a María José Castillo, una adolescente de 17 años. La madre de la víctima, Cassandra Calles, llegó al domicilio en ese momento y fue apuñalada al intentar defenderla, aunque sobrevivió, y gracias a su testimonio, Miguel fue detenido por vecinos y policías que acudieron al llamado.
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¿Por qué fue nombrado como el Jeffrey Dahmer mexicano?
El allanamiento posterior reveló el verdadero alcance del horror, pues en su departamento se encontraron al menos cinco cráneos humanos, restos de más de 20 mujeres, credenciales, celulares, material quirúrgico y sustancias químicas, hallazgo que le hizo valerse con el apellido de el ‘Jeffrey Dahmer mexicano’. Las autoridades vincularon estos hallazgos con desapariciones ocurridas entre 2012 y 2024, incluyendo los casos de Frida Sofía Lima, Amairany Robledo y Viviana Garrido.
A pesar de la evidencia, Cortés nunca fue sentenciado, ya que el 13 de abril de 2025, horas antes de su audiencia de vinculación a proceso, fue hallado sin vida en su celda del Reclusorio Oriente, con la versión oficial indicando que sufrió una caída desde su litera, provocando un traumatismo craneoencefálico y un paro cardiorrespiratorio. Sin embargo, testigos afirman haber escuchado ruidos extraños antes del incidente, y algunos medios sugieren que pudo haber sido asesinado por otro interno, presuntamente contratado por familiares de las víctimas.
Un psicópata que parecía ser normal
Destaca que, dos días antes de su muerte, Cortés realizó llamadas desde una cabina penitenciaria a familiares de sus víctimas, confesando que no se arrepentía y que repetiría sus actos si tuviera oportunidad. Esta revelación encendió la indignación de los afectados, quienes esperaban declarar en su contra ese mismo día.
La muerte de Miguel Cortés Miranda cerró el expediente penal, pero dejó abiertas heridas profundas, con las familias de las víctimas exigiendo reparación del daño y justicia simbólica hasta hoy en día, mientras la Fiscalía continúa con estudios forenses para identificar plenamente a todas las mujeres cuyos restos fueron encontrados en su domicilio. El químico que escribía poemas y asistía a funerales de sus víctimas se convirtió en uno de los asesinos seriales más perturbadores en la historia reciente de México.
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