
Narcotráfico, desplazamiento y geopolítica: la estrategia de EU
La política exterior de Estados Unidos en los últimos años ha sido patente por intervenciones militares, amparadas por operaciones secretas, en nombre de la "seguridad nacional", justificando de esta manera numerosas operaciones en diferentes partes del mundo.
La lucha contra el narcotráfico de la administración de Trump se presentó como uno de los pilares de la seguridad global, en especial en América Latina, territorios que se han vuelto un verdadero campo de batalla para controlar los mercados de drogas y de recursos naturales.
Su estrategia es oscura y mucho más complicada que la mera lucha contra las drogas, y es la creación de grupos de choque quienes tienen como finalidad desequilibrar territorios enteros, y desplazar a la población para acceder a sus recursos esenciales para la economía estadounidense.
En países como México, Colombia y Venezuela, está usando la intimidación de los cárteles de drogas como un justificante para intervenir directamente en los asuntos internos de estos países. Lo presenta como una amenaza a la "seguridad nacional" de Estados Unidos, y ese fue su discurso político que justificaba desde sanciones económicas hasta el respaldo a grupos armados y operaciones militares.
En el año 2018, Trump dijo abiertamente que Venezuela era uno de los principales "productores" de cocaína en el mundo, y en varios momentos intimidó con intervenir militarmente, con la razón de que la "narco-dictadura" de Nicolás Maduro colaboraba con los cárteles de droga.
Y es que los cárteles participan aumentando la violencia y de esta manera controlar las rutas de drogas e infiltrándose en las estructuras del poder local, creando así zonas de control causando que las poblaciones originales se vean obligadas a huir para salvar sus vidas.
Este tipo de intervencionismo no se da únicamente en América Latina, sino en otros países como Afganistán, donde para ellos es sumamente importante las rutas del opio y además el beneficio por la extracción de minerales preciosos, todo siempre en defensa de su seguridad nacional; ahí es donde se oculta el trasfondo económico y territorial ejercido por el gobierno estadounidense, por lo que es imperativo que, tanto en Estados Unidos como en la comunidad internacional, se aborde este problema desde una perspectiva más integral, que no solo se enfoque en la seguridad y el control, sino que también tome en cuenta el bienestar de las poblaciones afectadas por estas políticas.