Nearshoring: de oportunidad a ¿obligación geopolítica?

Si hurgamos en los oscuros dentros de las noticias sobre las Américas (del Norte, Central y Sur), seguramente -y no me dejarán mentir-, que existe (o al menos yo lo percibo) un plan "monroecista" para "integrar" a todos los americanos en una región que sea la punta de lanza del desarrollo mundial.

Monroe en 1823, y su política de "América para los americanos", parece que está renaciendo hoy. Ya platicamos en otra ocasión, y en este espacio, cómo las políticas de nuestros paises hermanos se están alineando con el objetivo final de participar como un equipo campeón. Argentina, Chile, Bolivia , Ecuador, Perú, bueno, hasta Brasil se están alineando.

En el centro: Honduras, Guatemala. Estamos, sin querer queriendo, conformando un bloque geopolítico, donde las organizaciones de las Américas y el Caribe podrán generar (y por mayorías) nuevos objetivos para crear cadenas de valor, fuerzas laborales focalizadas y, aunque se oiga feo, estandarizadas.

Como siempre, hay prietitos en el arroz, 2 que 3 dictaduras que no entienden que ya se acabó su tiempo y es urgente darle una oportunidad a sus habitantes de progresar y soñar con un mejor futuro.

Líderes complicados, como quienes encabezan esta tendencia, que tal parece lo ven como la construcción de un reino, así como en "Guerra de tronos", y el progreso del mismo, solamente como subproducto de la hegemonía.

En este contexto, nosotros nos encontramos "deshojando una margarita", conscientes de que ya no hay "melón o sandía". Nos guste o no, tenemos que unirnos al equipo mayoritario y la decisión es y será ¿cómo aprovechamos nuestra ventaja comparativa? Y ¿cómo aportamos a los países del continente?

Si leímos hasta aquí, dirán ustedes, amables lectores, "esto parece un discurso proteccionista"; por supuesto, pero ¿no les parece que de una u otra manera tendremos que participar en este movimiento hacia una reordenación económica (ahora sí) del bienestar para todos?

Por nuestro lado, no tenemos una política exterior que incida en las tendencias mundiales; nadie sabe de qué lado bateamos, hemos devaluado nuestras opiniones, de verdad, ya ¡ni nos pelan!

Entonces, tenemos que evaluar las alternativas disponibles, aunque tengamos que sacrificar ideologías a favor de un futuro con generación de riqueza. La modificación del rumbo dependerá del fortalecimiento de nuestro país como protagonista del cambio.

Entendemos que ya se están repartiendo, o ya se repartieron, las zonas de influencia mundial entre las grandes naciones; por ello, al decidir por América, todos tendremos que jalar parejo, limitando las importaciones de otros continentes, generando proyectos que produzcan los bienes intermedios necesarios para fabricar los bienes que se consumirán en las Américas. Nuestros vecinos del norte se beneficiarán de cadenas de valor integradas en su "barrio".

Ni para qué preocuparnos por el "nearshoring" (relocalización de empresas); este se dará por añadidura, obligado por la nueva reconfiguración geoplítica. Las empresas se instalarán en México, serán rentables, y generarán empleos, porque conviene a todos, más allá de los incentivos nacionales. ¡A Wilson, pues!

No sé cuanto se tarde este proceso que describí arriba, pero todo indica que, de que ahí viene, ahí viene, pues parece que nos beneficia a todos.

Recomiendo llevar esta transición, si se da, con pies de plomo, despacito y cuidando los detalles, ya que los países mas fuertes de este continente estarían tentados ( o ya lo están) a abusar, y afectar la balanza del poder continental. ¿Admirar una estatua de James Monroe en lugar de la que quitamos de Colón? No es para tanto.

¡Cuidado! Si se da este proceso sin restricciones, sin rendir cuentas, y de manera unilateral, también el resultado puede ser que el mundo se ponga de cabeza.

Vacúnense contra la influeza; por no hacer caso y no ponerme la susodicha, llevo 3 días recluído en mi cuarto con una gripa épica y viendo el capítulo 238 de una serie de 500. Ojalá y no llegue aún al final, pues ¿luego qué veo?

Ánimo, que ya es hora de posadas, pero con operativos antialcohol desde las 10:00 de la mañana todos los días.¿Más mazapanes? No, ¡menos Bacacho!