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LETRAS DURANGUEÑAS

Nueva monografía de Durango

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ÓSCAR JIMÉNEZ LUNA

Comencemos con una imagen muy antigua. Estamos en el amanecer del siglo XVI, exactamente en el año de 1509, cuando Erasmo de Rotterdam emprende su viaje de Roma a Londres, donde se reencontrará con su amigo Tomás Moro, para hablar de sus proyectos y así poder continuar con la conversación que habían dejado pendiente tiempo atrás. Mientras hacía su largo recorrido, Erasmo pensaba en su vida, en lo que había hecho y en la tarea que tenía por delante. Como si la madurez lo llamara a hacer cuentas, seguramente mirando a los Alpes en el horizonte.

Siempre me ha parecido útil esta representación visual al hablar de un libro, o una obra que sintetiza una existencia. Es claramente el caso del motivo que hoy nos reúne en esta fresca mañana durangueña. La monografía "Durango hacia el futuro" (2025), de la autoría del Lic. José Miguel Castro Carrillo, es una suma de experiencias personales en un tiempo y un espacio determinados, en el marco de un aprendizaje histórico y cultural que le da sentido. Más aún: un significado a la vez particular y colectivo. Un escenario compartido, porque los lectores también nos reconocemos en la geografía descrita, y los personajes referidos en estas páginas asimismo nos dan familiaridad e identidad. Somos, como mexicanos del norte, igualmente parte de esta travesía.

Me parece también conveniente, para aproximarse mejor a esta obra, echar mano de dos términos fundamentales: Cantidad y cualidad. Muchas veces, la descripción de ciertos contenidos se centran únicamente en la primera palabra, cantidad: Ubicación de Durango, kilómetros cuadrados del territorio, ríos que riegan nuestra tierra, ocupaciones que nos permiten el arraigo y la descendencia, toneladas de frijol cosechadas, aulas y hospitales construidos. Son factores primarios e indispensables, por supuesto. Pero eso no es todo, como sabemos: requerimos llevar el registro de sucesos con los que se ha tejido una mejor organización social, el repertorio de costumbres que nos dan singularidad...y el orgullo de ser duranguenses. Hablamos aquí, entonces, de la cualidad, que tal vez no sabríamos cómo medirla, pero que todos sentimos como energía de integración.

Las dos realidades, una muy concreta y la otra más cerca de nuestra sensibilidad y de las huellas de la memoria comunitaria, se hallan en "Durango hacia el futuro". El repaso de los orígenes de la capital, la casi increíble extensión de la Nueva Vizcaya, las luchas independentistas, la forzada estabilidad del país durante la dictadura, para arribar a la lucha revolucionaria, todo desde la perspectiva durangueña. Como si el autor quisiera precisarnos que el pasado debe ser principalmente lección para el presente, y cimientos seguros para el porvenir. Conocimiento y difusión del ayer -incluso del ayer más lejano-, y fortaleza y guía irradiadas de los grandes hombres y mujeres que nacieron en Durango. De acuerdo al autor, nuestra entidad no se explica solamente por los macizos montañosos que la cruzan, la hostilidad espinosa de sus desiertos o la belleza azul de su cielo, sin el patriotismo republicano de Guadalupe Victoria, el valor civil de las letras periodísticas de Francisco Zarco o la fuerza justiciera de Francisco Villa. En este trazo de plenitud, toman su lugar de excelencia Silvestre Revueltas y Dolores del Río, por solo citar a dos de los grandes personajes que nos dan prestigio mucho más allá de las fronteras de México. Tal es pues, esta dualidad bienhechora la que sustenta el énfasis de este libro, acentuando el papel trascendente de nuestras instituciones educativas como agentes de cambio hacia el desarrollo integral. Cantidad y cualidad, las dos caras de la moneda acuñada por los minerales durangueños y el talante de su gente. Bien decía el poeta Octavio Paz: más que una esencia, somos una historia. Y agregaría yo por mi parte: y una promesa de ser.

El autor ha dejado para la parte final de su libro un recuento fotográfico de su propia vida, que podría ser el principio de otra posible labor de memorias. De allá vengo y aquí estoy, así lo entenderíamos mientras lo acompañamos por el servicio público, como presidente municipal de Gómez Palacio, diputado federal y secretario general de gobierno, entre otros importantes cargos. En esta breve muestra, no faltan algunos gobernadores, amigos y familiares. Con esa buena pluma de sus artículos de prensa, el Lic. José Miguel Castro Carrillo bien puede entregarnos a mediano plazo, subrayo, un valle más extendido de sus recuerdos. Como el que abre la obra de hoy: "Tuve una niñez feliz, disfrutaba vivir en un rancho llamado San Pedro, en La Laguna. En esa época estar en contacto con el campo, cerca de los cultivos, en donde también me tocó pizcar el algodón en un saco de manta". Para descubrir después el lugar más entrañable de su educación: "Me llamó la atención el Instituto 18 de marzo", donde aprendería los valores que lo fortaleceran a lo largo de su vida. Valores, apunta, que trata de reflejar en la presente monografía, pensando en su utilidad, especialmente en niños y jóvenes.

Vuelvo al inicio. Cuando seguía avanzando en su camino, ocupado en el balance de sus días, Erasmo de Rotterdam no dejaba de hacer planes. De amistad y de orden literario e intelectual. Imaginaba diálogos y circunstancias. De ahí salió su obra maestra "Elogio de la locura", con una muy abarcadora acepción del término. En cambio, el Lic. Castro Carrillo ha dado a la luz un elogio de la cordura, de la conciencia de lo que hemos sido y de la posibilidad de seguir siendo, con aprecio a lo elevado y con el ánimo optimista frente a lo que viene. Y se necesita de un verdadero espíritu esperanzador en los días que corren en nuestro país.

Hay un adagio, y con esto termino, que enuncia que el hombre se cumple a cabalidad cuando planta un árbol, tiene un hijo...y escribe un libro. Enhorabuena por completar, entre todos los que lo estimamos de verdad, esta sabia conseja (palabras de la reciente presentación de la obra de referencia en el Instituto de Bellas Artes de la UJED).

Escrito en: LETRAS DURANGUEÑAS obra, nuestra, Erasmo, Castro

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