
Ozzy Osbourne en México: las veces que el ‘Príncipe de las Tinieblas’ conquistó el país
¿Qué hace inolvidable la presencia de Ozzy Osbourne en México? No solo fue su música: fue esa conexión intensa con el público, cargada de misticismo, energía y legado. Aunque su visita fue limitada, cada presentación dejó huella:
1. Monterrey y CDMX — Retirement Sucks Tour (1995)
El 26 de agosto de 1995, Ozzy llegó al Auditorio Coca-Cola del Parque Fundidora en Monterrey, y dos días después se presentó en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México. Fue su primera vez en el país, tras una pausa motivada por su diagnóstico de esclerosis múltiple. Con energía renovada, interpretó éxitos tanto de su etapa como solista como de Black Sabbath, incluyendo “Paranoid”, “Mr. Crowley” y “Crazy Train”.
Ozzy confesó que México era una cuenta pendiente y prometió volver.
2. Visita cultural a Teotihuacán (1995)
Durante su estancia en CDMX, se dio el tiempo para recorrer las pirámides de Teotihuacán con el fotógrafo Fernando Aceves. Las imágenes capturan un Ozzy reflexivo, conectado con la historia y espiritualidad del país.
3. El regreso en 2008 — Black Rain World Tour
Trece años después, volvió con nuevo disco y banda en mano. El 8 de abril de 2008 ofreció un concierto en el Foro Sol de CDMX, con Korn como invitados y Zakk Wylde al frente de la guitarra, reafirmando su estatus en la escena del metal mexicano.
4. Black Sabbath en México — Reunión 2013 y despedida en 2016
Ozzy regresó con sus compañeros de Black Sabbath al Foro Sol el 26 de octubre de 2013 como parte de la gira de reunión. Más tarde, el 16 de noviembre de 2016, regresaron para su último show como banda en The End Tour, cerrando un ciclo épico.
5. Última vez en México — Hell And Heaven Fest 2018
Su última presentación fue el 5 de mayo de 2018, en el Festival Hell and Heaven en CDMX, escenario de su despedida de los escenarios. Con Zakk Wylde y grandes del metal en el cartel, Ozzy llevó a miles de fans en una noche histórica.
Aunque Ozzy Osbourne ya no volverá a los escenarios, su paso por México quedó tatuado en la memoria colectiva del rock nacional. Fueron pocas visitas, sí, pero cargadas de intensidad, ritual y conexión con su público mexicano.
Para miles de fans, escuchar “Crazy Train” en vivo o verlo caminar entre las pirámides fue más que un concierto: fue presenciar a una leyenda viviente… antes de que se convirtiera en inmortal.