Pastor gasta el diezmo en viaje a Miami, asegura que fue por orden de Dios
En un video difundido en redes sociales, un pastor afirmó que Dios le ordenó utilizar los recursos del diezmo para costear un viaje a Miami, lo que ha provocado un fuerte debate entre fieles y críticos.Durante su predicación, el clérigo sostuvo que “Dios me dijo que yo necesitaba un descanso”, al justificar la decisión de emplear los donativos para ese fin.
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Tensión entre fe y manejo financiero
Algunas personas han defendido la acción señalando que una “recompensa” legítima puede entregarse al servidor espiritual fiel. Otros, sin embargo, han cuestionado la transparencia de la iglesia y la finalidad real de las aportaciones.
El episodio reavivó una discusión más amplia sobre la rendición de cuentas en el seno de instituciones religiosas, en particular en lo que respecta al uso del diezmo. El concepto del diezmo se remonta al Antiguo Testamento, bajo el cual los fieles entregaban el 10 % de sus ingresos para el sostenimiento de los sacerdotes, los templos y las actividades espirituales.
La grabación viral ha suscitado críticas por parte de usuarios en redes, que la califican de “abusiva” o “irresponsable”, al considerar que los diezmos deberían destinarse a actividades colectivas antes que a viajes personales.
Asimismo, defensores del pastor argumentan que la obediencia al "llamado divino" justifica el uso. Este tipo de afirmaciones, sin embargo, intensifican la demanda de transparencia y vigilancia sobre la administración de donativos en iglesias.
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¿Qué dice la ley y la ética?
Aunque en muchos países no existe una regulación específica que impida el uso del diezmo para fines personales, el asunto compromete la ética y la credibilidad de las instituciones religiosas. La falta de claridad en los registros financieros puede abrir la puerta a abusos o desconfianza.
Para los creyentes, resulta fundamental que las iglesias expliquen en qué se invierten los fondos y cuál es la lógica de rendición de cuentas que siguen. En este caso particular, la justificación basada en una “orden divina” para viajar ha sido recibida con escepticismo.
El episodio del pastor que asegura haber gastado el diezmo para viajar a Miami por orden de Dios plantea un reto serio al diálogo entre fe, ética y administración de recursos eclesiásticos. Más allá de las convicciones individuales, la transparencia, la claridad y el consenso sobre el uso de los donativos parecen cada vez más esenciales para preservar la confianza de los fieles.