
Artista. Andrea Sarahí Espinoza González se presenta en Permanencia con un doble papel: como creadora y como curadora, enlazando su obra con la visión colectiva de la muestra.
La fragilidad de las emociones humanas y la certeza de que nada permanece son el eje de Permanencia, una exposición que reúne a un grupo de artistas emergentes duranguenses que buscan abrirse paso con propuestas sinceras y directas. Bajo la curaduría de Andrea Sarahí Espinoza González, la muestra se convierte en un ejercicio colectivo de reflexión sobre la niñez, la vejez, la resistencia cultural y los estados emocionales que atraviesan la vida: "Ni la tristeza ni la felicidad permanecen", explica, convencida de que el arte puede ser un espejo de lo efímero.
El proyecto surge de un proceso académico, pero pronto se transforma en una experiencia íntima y colectiva. Andrea reconoce que el mayor reto como curadora fue escuchar sin exigir, comprender a sus compañeros sin presionarlos para que definieran de inmediato lo que querían expresar: "Ellos hablan de sí mismos, y no es obligación que lo expliquen. Mi papel fue unir esas voces en un solo concepto para el público", señala. Esa tensión entre libertad y organización marca el pulso de la exposición, que se construyó en apenas un mes de trabajo.
Rostros
Las piezas hablan de impermanencias desde distintas miradas de este colectivo de artistas. Athenea Alvarado se retrata como niña junto a un peluche de jirafa y flores que evocan el paso hacia la madurez; Andrea Sarahí, además de curar la muestra, presenta una obra en blanco y negro sobre la vejez inspirada en una vecina de su barrio; Francisco Haro aborda la resistencia de los pueblos indígenas frente a la cultura europea; Natalia Meza y Evelyn Sánchez exploran emociones como la paz y la tristeza; mientras que Flaviano Ríos, Necxis Silva, Itzel Torres, Abiu Trejo, Sergio Ayala, Lineth Dueñez, Karla Alamillo, Mariela Torres, Ivanna Soto y Ana García, responsable también del texto de sala que da marco a la exposición, completan el mosaico con visiones que refuerzan la idea de lo que cambia y nunca se queda quieto.
La exposición también refleja la evolución del grupo. Si en su primera muestra predominaba la timidez y la vergüenza de mostrar sus trabajos, ahora buscan mayor difusión y confianza: "Ya nos estamos quitando esa vergüenza de exponer nuestras obras", dice Andrea. Con nuevas técnicas, del carboncillo al acrílico, y mayor libertad creativa, enfrentan el reto de combinar dominio técnico con un concepto personal. Esa transición, de la copia a la creación, es parte de la madurez que la exposición quiere transmitir.
La exposición Permanencia se inaugurará el viernes 5 de diciembre a las 19:00 horas en Shakerato Coffee, en Calle Francisco I. Madero 103, en el Centro de Durango.
