
Venta. Mucha gente se aprovecha de los ciegos que se dedican al comercio.
La sociedad debe mostrar mayor empatía hacia las personas ciegas, quienes buscan integrarse a la vida cotidiana tras años de confinamiento en sus hogares, señaló Aleyda Flores, ingeniera civil que perdió la vista hace 11 años a causa de una enfermedad congénita.
Flores relató que, si bien, ella luchó por no quedar recluida en su casa, muchas personas con ceguera o alguna discapacidad permanecen ocultas, limitadas por el miedo propio o de sus familias. "Es gente que estaba, como decimos entre nosotros, 'en el clóset'. Hoy quiere salir a reintegrarse a la vida y necesita empatía", expresó.
Explicó que muchas personas con discapacidad visual confían en la sociedad al salir a la calle, pero no siempre encuentran comprensión. "Conozco a una pareja de ciegos que vende dulces para sobrevivir. Hay quienes les pagan con billetes de baja denominación y se llevan más producto del que les corresponde. Incluso, algunos aprovechan para robarles lo recaudado mientras intentan verificar el billete", denunció.
Flores pidió sensibilidad hacia quienes enfrentan una discapacidad, pues muchas veces los mayores obstáculos provienen de la misma sociedad, no de la infraestructura urbana. "Nos limitan el espacio. Si alguien con visión batalla para caminar por las banquetas, nosotros lo hacemos el doble", dijo en referencia a los comerciantes que colocan mercancía en la vía pública.
También explicó algunas herramientas y métodos que utilizan los ciegos para desplazarse y manejar su entorno. Entre ellas están el bastón blanco, que es más delgado que el de apoyo común y sirve para detectar obstáculos, y dispositivos como celulares parlantes -muchos de la marca iPhone- que, mediante comandos de voz, les indican la denominación de los billetes y monedas, la hora, e incluso otras funciones.
Otros utilizan relojes Braille, especialmente en entornos ruidosos o muy silenciosos, donde no pueden escuchar el celular. Además, Flores destacó que las personas ciegas se orientan espacialmente usando referencias basadas en las manecillas del reloj.
"Siempre consideramos que nuestro frente es las 12; el costado derecho, las tres; el izquierdo, las nueve. Si hay una cuchara al lado derecho del plato, estará a la una o a las dos. Si está del otro lado, serán a las 10 u 11. Así nos ubicamos", explicó.
Finalmente, reiteró el llamado a la ciudadanía, especialmente a los comerciantes, para respetar los espacios públicos y facilitar la movilidad de todos. "Una persona con carriola, un adulto mayor o alguien con discapacidad necesita banquetas libres. No pedimos privilegios, solo respeto", concluyó.

