Los habitantes del poblado 5 de Mayo, han tenido que utilizar sus propios recursos económicos para instalar tuberías que desfoguen las lagunas formadas frente a sus viviendas y conducir el agua hacia uno de los brazos del río La Sauceda.
La lluvia registrada la noche del martes, que alcanzó aproximadamente 30 milímetros, provocó que el agua ingresara a las casas de la parte baja de la comunidad.
Para protegerse, algunos vecinos colocaron costales de arena, mientras que otros optaron por blocs con arena para contener el flujo. Sin embargo, varias viviendas no tuvieron la misma suerte y sufrieron inundaciones de hasta 40 centímetros, lo que dañó colchones y otros muebles.
Agua ingresó al Kinder
Incluso el preescolar Ejército Mexicano, ubicado en la calle José María Patoni, resultó afectado.
La institución tuvo que ser limpiada la mañana del miércoles para que los niños pudieran asistir a clases. En esa misma calle se formó una gran laguna que afectó directamente a las viviendas de la zona.
El agua no pudo escurrir hacia el río La Sauceda, debido a la acumulación de tierra en la orilla, por lo que los propios vecinos contrataron una retroexcavadora con el fin de abrir paso al agua y evitar mayores daños.
Habitantes financian obras temporales
Una de las familias construyó una zanja de aproximadamente 10 metros e instaló una tubería de cinco pulgadas para desfogar el agua directamente hacia el río.
Al mismo tiempo, la maquinaria limpió parte del área para reducir la acumulación que suele presentarse en cada temporada de lluvias.

Autoridades han sido omisas
Los pobladores explicaron que, ante la previsión de más precipitaciones, decidieron financiar estas obras provisionales, ya que, pese a sus constantes peticiones, no han recibido apoyo de autoridades municipales, estatales ni federales.
Aguas negras a cielo abierto
A este problema se suma la presencia de aguas negras provenientes del conjunto habitacional militar de la Décima Zona Militar.
Según los vecinos, la tubería que conduce estas descargas hacia un registro en la calle José María Patoni se quebró hace más de un mes, lo que ocasiona que las aguas residuales corran libremente por la calle.
“Imagínense esas aguas negras mezcladas con toda el agua de la lluvia; esto no solo era un lodazal, también olía muy mal”, relató Pedro, uno de los afectados, quien tuvo que sacar a orear el colchón que compró hace apenas un mes, luego de que se empapara con el agua de la inundación.
Para mitigar el problema, los habitantes construyeron manualmente un canal improvisado que conduce las aguas negras directamente hacia un registro, evitando que se desborden por toda la calle José María Patoni. Aunque la solución es precaria, al menos impide que las aguas residuales circulen libremente por la comunidad.
Llamado a las autoridades
Los vecinos reconocen que los trabajos realizados son temporales y solo resuelven la situación de manera inmediata. Por ello, hacen un llamado a las autoridades municipales, estatales y federales para que intervengan cuanto antes: primero, reparando la red de drenaje que permita evitar el escurrimiento de aguas negras a cielo abierto; y segundo, limpiando las orillas de la calle para que el agua pluvial ingrese directamente al río La Sauceda y no se formen lagunas en la zona.