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¿Por qué las mujeres son mayoría en la ByCENED?

Inicios. En sus orígenes, la Escuela de Niñas también impartía clases de bordado.

Inicios. En sus orígenes, la Escuela de Niñas también impartía clases de bordado.

JUAN M. CÁRDENAS

La historia de la educación en Durango no puede entenderse sin la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado (ByCENED), una institución que ha sido pilar en la formación de generaciones de profesores y que hoy revive su trayecto a través de la tercera edición del libro historia institucional, obra del Doctor en Historia, Luis Carlos Quiñones.

En entrevista con El Siglo de Durango, el historiador detalló que esta nueva edición, publicada a finales del año pasado y que lleva la frase "Nuestra fuente de luz nos espera", incorpora elementos inéditos que enriquecen la narrativa de una institución que este miércoles estará cumpliendo 155 años de vida.

"Este libro es un testimonio de la evolución de una escuela que nació como un instituto para la formación de niñas y que hoy es referente en la educación superior", explicó Quiñones.

La historia de la Normal tiene sus raíces en el Instituto de Niñas, fundado por iniciativa del gobernador Juan Hernández y Marín en 1870. Este instituto, de corte laico aunque con algunos elementos religiosos en su currícula, se enfocó en la formación de preceptoras para la educación elemental. "Era una institución pionera en su época, que no solo educaba a las hijas de las familias notables de Durango, sino que también becaba a niñas de escasos recursos, lo que la convirtió en un modelo de inclusión", destacó el historiador.

A finales del siglo XIX, el instituto se transformó en el Instituto Juan Hernández y Marín, ampliando su oferta educativa con las carreras de Comercio y Telegrafía, lo que permitió la incorporación de varones a sus aulas. Sin embargo, fue en el año 1916, bajo el decreto del gobernador interino Miguel M. Muñoz, cuando se fundó oficialmente la Escuela Normal del Estado, marcando un hito en la formación de profesores para la educación básica en Durango.

Aunque inicialmente fue una institución predominantemente femenina, en el año 1928 se abrió la matrícula para hombres, aunque con una limitación: los varones no podían superar el 25 por ciento del total de estudiantes.

Esta disposición se adoptó de manera temporal, en tanto se construía una Escuela Normal exclusiva para varones; lo cual nunca ocurrió. Pero de cualquier manera, la restricción prevaleció. "Curiosamente, esa proporción se mantuvo de manera no escrita hasta décadas posteriores", añadió.

La evolución académica de la Normal continuó y en el año 1984, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, se convirtió en una institución de educación superior. Este cambio permitió ampliar su oferta educativa, pasando de dos licenciaturas (Educadora de Párvulos y Educación Primaria) a incluir especialidades como Educación Especial, Educación Inicial y Educación Secundaria.

Además, el historiador destacó la importancia del posgrado institucional, que desde 2012 ha formado a especialistas en áreas como planeación educativa, administración y enseñanza del inglés. "Durante los 12 años que dirigí el posgrado, no solo creció la matrícula, sino también el nivel académico, con tesis defendidas exitosamente por los alumnos", recordó.

Luis Carlos Quiñones profundizó sobre dos momentos clave de la historia de la Normal: los movimientos estudiantiles de 1971 y 1973, y la gestión institucional desde el año 2000 hasta la actualidad. Estos capítulos, inéditos en las ediciones anteriores, ofrecen una mirada crítica y reflexiva sobre la lucha y evolución de una institución que ha sido un referente educativo en Durango.

"Los movimientos estudiantiles de 1971 y 1973 son de triste memoria, pero también de gran relevancia. Aunque no lograron todas sus demandas, estos jóvenes normalistas marcaron un antes y un después en la historia de la institución. Fueron un grito de identidad y un llamado a la sociedad para que reconociera su papel como estudiantes y futuros profesores".

Estos movimientos, aunque considerados un "fracaso" en términos de negociación política, fueron un éxito en cuanto a la visibilidad que dieron a los estudiantes.

"Eran jóvenes noveles en la lucha política, pero su manifestación pública fue un catalizador para que la sociedad duranguense los viera como actores importantes en la defensa de sus derechos y en la reivindicación de su identidad", señaló el historiador.

Quiñones también destacó que muchos de los participantes en estos movimientos habían estado involucrados previamente en el movimiento del Cerro de Mercado en 1966, colaborando con estudiantes del Instituto Juárez y la Universidad Juárez del Estado de Durango.

"Aunque su papel fue marginal en comparación con los universitarios, dejaron huella en la promoción social y política de la época", añadió. Esta obra no solo es un recorrido por las aulas y los planes de estudio, sino también un homenaje a los maestros, directores y estudiantes que han dado vida a esta institución.

El libro también dedica un capítulo a analizar las gestiones directivas desde el año 2000 hasta la fecha. "Este apartado revisa los planes de desarrollo institucional, las estrategias y los logros de cada director", explicó Quiñones. "Es un reconocimiento a quienes han contribuido a que la Normal sea lo que es hoy: una institución sólida y comprometida con la educación".

Entre los logros destacados se encuentra la consolidación de la Normal como una institución de educación superior, con una oferta académica ampliada y un posgrado institucional que ha formado a especialistas en áreas como planeación educativa y enseñanza del inglés. "La Normal ha respondido con creces a las expectativas de la sociedad duranguense, no solo en la formación de profesores, sino también en la promoción de valores como la disciplina y el decoro", afirmó el autor.

Quiñones también reconoció la labor del actual director, el maestro Jesús Roberto Robles Zapata, quien ha impulsado una gestión enfocada en fortalecer la dinámica interna de la institución. "Su entusiasmo y visión están dando frutos, asegurando que la Normal siga siendo un referente educativo en los próximos años", destacó.

El libro, disponible en la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de Durango, es un testimonio de la historia, lucha y evolución de una institución que ha formado a generaciones de profesores. "Esta obra es un homenaje a todos aquellos que han hecho posible que la Normal sea lo que es hoy: una fuente de luz para Durango", concluyó Quiñones.

Educación. En el Instituto de Niñas se impartían clases de pintura.
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Aniversario. La Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado estará cumpliendo 155 años este 5 de febrero.
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Escrito en: ByCENED Normal, institución, educación, Escuela

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