¿Por qué se pelearon Trump y Elon Musk si eran tan buenos amigos?
Durante años, Donald Trump y Elon Musk compartieron una relación simbiótica, el primero, un presidente en busca de legitimidad tecnológica y el segundo, un magnate con ambiciones políticas.
Musk no solo respaldó públicamente a Trump, sino que también invirtió más de 150 millones de dólares en su campaña de reelección. Sin embargo, esta alianza comenzó a resquebrajarse cuando Musk percibió que sus propuestas eran ignoradas, la tensión alcanzó su punto máximo cuando Musk acusó a Boris Epshteyn, asesor cercano a Trump, de filtrar información confidencial, lo que evidenció las crecientes fricciones internas.
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Una ley fiscal y subsidios en juego
La ruptura definitiva se produjo con la presentación del "Big Beautiful Bill", una propuesta legislativa de Trump que eliminaba subsidios clave para vehículos eléctricos y energías renovables, pilares fundamentales de las empresas de Musk.
El empresario calificó la ley como una "abominación repugnante", argumentando que aumentaría el déficit en 2,5 billones de dólares y afectaría la cobertura sanitaria de millones de estadounidenses. En respuesta, Trump amenazó con cancelar los contratos gubernamentales con las compañías de Musk, como SpaceX y Tesla, valorados en aproximadamente 38 mil millones de dólares.
La disputa escaló rápidamente en el ámbito público
Musk insinuó que Trump tenía vínculos con Jeffrey Epstein, sugiriendo que el presidente estaba involucrado en la ocultación de documentos relacionados con el caso del pederasta. Aunque no presentó pruebas, esta acusación intensificó el conflicto.
La pelea entre Trump y Musk no solo tuvo repercusiones personales, sino también políticas y económicas. Tesla experimentó una caída del 14% en sus acciones tras el intercambio de acusaciones. En el ámbito político, Musk propuso la creación de un tercer partido para representar al centro político estadounidense, lo que podría alterar el equilibrio de poder en futuras elecciones.