Editoriales

OPINIÓN

Prensa y libertad

Vida pública

Prensa y libertad

Prensa y libertad

JESÚS MENA VÁZQUEZ

El segundo mandato de Donald Trump arrancó con temor por parte de los comentaristas liberales en los Estados Unidos respecto de sus designaciones en puestos clave.

El Presidente entrante de los Estados Unidos estaba seleccionando principalmente a personas que le mostraban una total lealtad. Las capacidades y la experiencia técnica pasaron a un segundo plano.

Lo que le importaba al Presidente Trump era que este equipo siguiera sus instrucciones, sin cuestionarlas. Lo que requería era la versión estadounidense de lo que cándidamente expresó el expresidente López Obrador respecto a su metodología para seleccionar colaboradores: 90% de lealtad y 10% de capacidad.

Lo que ha venido sucediendo en los Estados Unidos en las últimas semanas tendrá un impacto profundo en la interpretación que los jueces hagan de lo expresado en la primera enmienda de su Constitución, que limita al congreso de ese país para expedir leyes que intenten vulnerar o limitar la libre expresión de las ideas y la prensa.

La libre expresión de las ideas y la libertad de prensa son precondiciones para una democracia saludable. De estas libertades nace el debate político a los distintos niveles, tanto el que realizan los ciudadanos en espacios públicos y privados como el que se realiza en las distintas instituciones, siendo el poder legislativo el principal espacio para el debate político.

Cuando un Presidente, sea del país que sea, trata de influenciar, de una manera u otra, los espacios en que se lleva a cabo el debate político, está tratando de influenciar a la opinión pública, pero tal vez aún más importante, está enviando un mensaje claro a todos los medios electrónicos (radio, televisión) que, de una u otra manera, dependen de concesiones gubernamentales para operar: los que se atrevan a criticar a la figura presidencial o al gobierno pueden perder su concesión, pueden perder su negocio.

La importancia de contar con un poder judicial independiente radica precisamente en que será el Poder Judicial, de cualquier país, quién finalmente decidirá que derecho prevalece, en el caso de los Estados Unidos comentado previamente, al Poder Judicial le tocará discutir cual de los dos derechos prevalece, si el consagrado en la primera enmienda que defiende la libertad de expresión y de prensa, o los poderes que la Constitución otorga al (o la) Presidente y que ejerce vía las instituciones del gobierno que tiene bajo su mando.

Lo que es necesario destacar es que con, aún con instituciones mucho más maduras que las mexicanas, los Estados Unidos está entrando a terrenos inéditos con la presión que ha hecho el Presidente Trump a las cadenas de medios electrónicos y a ciertos medios impresos que considera como adversarios.

Si lo que era impensable que sucediera en los Estados Unidos hasta hace pocos años está sucediendo, que podemos esperar en nuestro país, en donde el Poder Judicial acaba de entrar a una nueva etapa histórica, una en la que se le percibe como un instrumento del gobierno legitimar los abusos del régimen político, dejando la protección de las garantías individuales de lado para favorecer el "interés público" declarado por el régimen.

X: @jesusmena

Escrito en: Vida pública Estados, Unidos, Presidente, medios

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de Editoriales

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas