
Presa Tunal II topa ahora con la historia
La Presa Tunal II fue concebida como una obra estratégica, casi incuestionable debido a la necesidad de garantizar agua potable a Durango durante los próximos 50 años. Bajo ese argumento -bastante legítimo- iniciaron los trabajos; sin embargo, a poco más de un mes del banderazo, el proyecto carga con una lista de retrasos que obliga a replantear algo más profundo que el calendario de ejecución.
No ha tropezado tan solo una vez; ha venido acumulando obstáculos desde su ideación, pasando por un largo proceso de aprobación y de ahí a una licitación desierta tras múltiples aplazamientos. Aquello ya anticipaba que la Tunal II no sería una obra sencilla. La posterior adjudicación a ICA destrabó el proceso en el papel, mas no en el terreno.
Habiendo iniciado los trabajos, vinieron los bloqueos de transportistas locales que cerraron los accesos durante semanas exigiendo participación y contratos. Más allá del reclamo gremial, el episodio dejó evidencia de una falta de acuerdos previos en un proyecto que, por su dimensión, debería impactar inevitablemente a la economía regional.
Después apareció la discrepancia entre el sector constructor y las autoridades, pues mientras la CMIC advertía lentitud, maquinaria detenida y ausencia de mano de obra, instancias como la CAED y la Conagua negaban retrasos o suspensión de labores. Ambas versiones revelan cierta tensión entre la expectativa económica y la lógica burocrática del proyecto federal.
No obstante, ninguno de los anteriores factores es tan delicado como los recientes hallazgos arqueológicos en el paraje de Tres Molinos, y es que ya no hablamos aquí de tiempos, contratos o presión empresarial. Hablamos de historia, de patrimonio y de decisiones que pueden traer consecuencias irreversibles.
Se trata de cinco sitios precolombinos, documentados y ahora bajo rescate del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los que irremediablemente quedarán sumergidos bajo el embalse si la obra avanza tal como está planeada y, si el propio INAH, no hace algo para impedirlo tan solo por no causar más retraso o hasta la misma suspensión definitiva de la obra.
La intervención del INAH es un procedimiento legal y frecuente en México. La ley es clara y establece que el patrimonio arqueológico tiene prioridad; sin embargo, la cuestión es si este es el lugar correcto para construir la presa. El impacto ambiental por la inundación de Tres Molinos, sumado a la pérdida -aunque documentada- de vestigios históricos, coloca al proyecto en una zona ecológica y cultural al mismo tiempo.
Todos, quienes tuvieron conocimiento de la planeación de la Tunal II sabían desde el año 2019 de la existencia de sitios arqueológicos en el lugar. Aun así, el proyecto avanzó. Hoy, el rescate de emergencia evidencia que quizá la evaluación previa no fue lo suficientemente profunda o, peor aún, que se asumió que el problema se resolvería sobre la marcha.
EN LA BALANZA.- Pedro negó a Cristo tres veces antes que cantara un gallo. Más o menos fue lo que orillaron a decir los reporteros laguneros al Gobernador de Durango, tratando de hacer una alegoría sobre la CATEM y "El Limones". En esta versión terrenal de un pasaje bíblico, Pedro Haces niega por miedo y acusa por conveniencia, mientras Esteban Villegas, lejos de cargar su cruz, parece haber elegido el momento exacto para comulgar con el diablo tras la caída del delincuente. El mandatario duranguense señala y se deslinda; se arrodilla frente a una hoguera persignándose con fuego y brasas. Si el primero es el apóstol acorralado y el otro el traidor, queda al lector discernir quién ocupa el centro de esta trinidad, donde la fe, créame, no está en Palacio Nacional.
@Vic_Montenegro