
Tiempo. Con el fin de cursos en diferentes niveles educativos, algunos estudiantes cambiarán totalmente de ambientes y ya no irán a las mismas escuelas que sus amigos.
Desde la alegría por el logro alcanzado al concluir un ciclo académico, hasta el miedo y la incertidumbre por lo que viene, son algunas de las emociones que pueden experimentar los graduados. Por ello, es fundamental que las familias estén presentes y cercanas, desde los más pequeños hasta los adolescentes y jóvenes.
Edna Lila García Herrera, especialista en educación formativa entre familia y escuela, explicó que culminar un nivel educativo que se marca con una ceremonia de graduación puede generar una especie de duelo por los amigos, compañeros, maestros y la escuela que se dejan atrás.
Por eso, en esta nueva etapa de la vida del estudiante, los padres deben apoyar a sus hijos y buscar un acercamiento para conocer cómo se sienten. Aunque algunos jóvenes se expresan con facilidad, otros no saben cómo manejar lo que están sintiendo.
APOYO INCONDICIONAL
"A veces los papás, cuando tienen varios hijos, se enfocan en los más pequeños pensando que el hijo o hija de secundaria o preparatoria ya no los necesita, pero no es así. Necesitan a sus padres igual, sobre todo por los cambios físicos y emocionales que están viviendo, además de todas las hormonas que fluyen en ellos", expresó García Herrera.
El diálogo con los hijos debe ser constante e incondicional siempre, pero en momentos de cambio es primordial.
"Nuestros hijos de secundaria y preparatoria nos necesitan incluso más, especialmente porque en la actualidad hay un gran porcentaje de la población en Durango, y a nivel mundial, que presenta grados severos de depresión e ideaciones suicidas", apuntó.
La especialista reconoce que, con los adolescentes, el acercamiento puede ser más difícil, pero se pueden generar espacios de convivencia donde sea posible preguntarles "¿cómo te sientes al comenzar esta nueva etapa?"
SER CREATIVOS
Cuando no quieran hablar, al menos hay que hacerles saber: "Estoy aquí para apoyarte y escucharte". Pero es necesario buscar formas creativas de establecer comunicación, aprovechando momentos o temas de su interés. Aunque al principio pueda ser complicado, el vínculo se fortalece con el tiempo, comentó.
Puede haber resistencias, pero con paciencia y constancia, el diálogo puede fluir de forma natural. También se pueden considerar talleres para padres e hijos, pero lo importante es no dejarlos solos, indicó.
"A veces nos desconectamos, aunque vivamos en la misma casa. Las familias dejan de hablar y se vuelven fantasmas unos para otros. Eso hay que evitarlo", enfatizó.
También es importante estar atentos al uso del celular y las pantallas. Si los bloquean o presentan cambios en su conducta, en su alimentación o ciclos de sueño, es necesario indagar qué está ocurriendo. En algunos casos, puede ser necesario intervenir, aunque eso implique invadir un poco su privacidad.
Lo más importante es hacerles saber que han logrado concluir una etapa más en su formación, que sus padres están orgullosos de ellos, que los aman y que harán todo lo posible por apoyarlos en su nueva etapa, concluyó expresando.