
¿Qué le pasó a la hija de 9 años de Luis Enrique, entrenador del PSG? Aquí te contamos
Luis Enrique, actual entrenador del Paris Saint-Germain y campeón de la Champions League, ha sido protagonista en el fútbol mundial no solo por sus logros deportivos, sino también por la profunda pérdida que vivió en su vida personal.
Su hija Xana, de tan solo nueve años, falleció en 2019 tras una dura batalla contra un agresivo tipo de cáncer, osteosarcoma, un tumor óseo poco común en la infancia.
La noticia conmocionó al mundo del deporte
Luis Enrique había dejado su cargo como seleccionador nacional meses antes, sin dar demasiadas explicaciones públicas, para luego confirmar que su retiro temporal se debía a la salud de su hija.
El fallecimiento de Xana fue anunciado a través de un comunicado con palabras llenas de amor, pero también de dolor, la pequeña había luchado intensamente durante cinco meses, acompañada en todo momento por su familia.
El recuerdo constante de una hija ausente
Desde entonces, Luis Enrique ha llevado el recuerdo de su hija en cada paso de su carrera. No es raro verlo dedicarle momentos especiales tras victorias significativas, e incluso a impresión de varios, es común escucharle hablar de ella.
Más recientemente, en la celebración de su clasificación con el PSG a la final de la UEFA Champions League, el técnico español fue captado levantando el dedo al cielo. Al ser cuestionado, respondió que ese gesto era para Xana:
“Seguramente estaría corriendo por aquí”.
Esa mezcla de éxito deportivo y duelo personal ha marcado una nueva etapa en su vida, en la que el fútbol convive con una pérdida que nunca se supera del todo. Lejos de esconder el dolor, Luis Enrique ha encontrado en el deporte una vía para mantener viva la memoria de su hija y para inspirar desde la resiliencia.
Más que un entrenador, un padre que no olvida
El caso de Luis Enrique recuerda que, detrás de cada figura pública, hay una historia humana. La suya nos habla de amor paternal, de lucha silenciosa y de cómo el dolor puede ser transformado en un legado. Aunque el mundo del fútbol celebra sus triunfos tácticos, muchos también lo admiran por la entereza con la que ha enfrentado la adversidad.
El recuerdo de Xana se mantiene presente no solo en la familia del entrenador, sino también en cada gesto que él dedica al cielo. En cada partido, más allá de lo deportivo, Luis Enrique honra la vida de su hija, recordándonos que el fútbol también puede ser un espacio para sanar.