¿Quién es la Sra. Católica? La influencer que predica, juzga y... hasta pone música
Si has estado un par de minutos en TikTok o Facebook últimamente, seguramente te topaste con una mujer que aparece diciendo cosas como “eso no es de Dios”, mientras señala el pecado como si tuviera GPS celestial. Se hace llamar la Sra. Católica, y sí: es real. Bueno… más o menos.
Su nombre es Erika Edith Navarro Valdés, es originaria de Zacatecas y se ha convertido en la influencer religiosa más viral del momento. ¿Cómo lo logró? Fácil: combina predicaciones bíblicas con toques de comedia involuntaria, remixes de música cristiana y frases contundentes que hacen que la gente se persigne… o se pique. O las dos.
De Zacatecas para el mundo (literal)
Con unos 45 años, Erika dice que lo suyo no es un personaje ni una estrategia de marketing: es una misión divina. Asegura que Dios le pidió llevar su mensaje “a donde está el pecado”, y ella lo tomó tan en serio que ya se ha presentado en bares, antros y hasta marchas del orgullo LGBT. Porque sí: no hay mejor manera de acercarse al alma descarriada que con un remix de “Ave María” mientras la bola de espejos gira.
En más de una ocasión se le ha visto en cabinas de DJ, mezclando alabanzas con reguetón como si fuera el after de misa de 12. ¿Y cómo lo justifica? "Voy donde está el pecado… pero yo no tomo, ni me llevo un muchachón". Se respeta.
Influencer divina (y bien controversial)
En TikTok y Facebook acumula miles de seguidores que disfrutan de sus opiniones fuertes sobre temas como la sexualidad, la forma de vestir, el alcohol, el feminismo y, básicamente, cualquier cosa que huela a “modernidad”. Y aunque muchos la siguen por fe… otros claramente están ahí por el show.
Eso sí, Erika no se raja. Ha dicho en entrevistas que incluso renunció a la custodia de sus hijos para entregarse por completo a su llamado espiritual. Como quien cambia la maternidad por la misión, pero con aro de luz y celular en mano.
¿Es en serio o es puro performance?
Aquí viene la parte interesante: hay quienes creen que todo esto es una parodia divina. Pero ella insiste en que no. Que no actúa, que no cobra (bueno, sólo lo del pasaje y el hotel si la invitan a predicar), y que su único objetivo es hacer que la gente vuelva al camino del bien, aunque ese camino tenga Wi-Fi y filtros de Instagram.
¿Santidad o faramalla?
La Sra. Católica divide opiniones como el Mar Rojo. Hay quienes la ven como una profeta moderna y otros que la acusan de homofobia, clasismo y desinformación. Lo cierto es que, sea por fe, por morbo o por humor, todos la están viendo.
Y en un internet lleno de influencers de todo tipo, ella encontró su nicho: el de evangelizar con flow, predicar con power y regañarte con gracia.