
La ceremonia de apertura con Danza Azteka marcó el inicio de una jornada dedicada al conocimiento ancestral y la conexión con los elementos sagrados.
El Museo Regional de Durango, mejor conocido como Museo "El Aguacate", fue escenario de una conferencia que invitó al público a mirar el tiempo desde la sabiduría ancestral.
Bajo el título "Reintroducción al calendario azteca: una epistemología indígena viva", el maestro Mazatzin Aztekayolokalli compartió una visión espiritual y científica del mundo prehispánico, donde el cosmos y la vida cotidiana son parte de una misma energía sagrada.
Reconocido internacionalmente como "el venerable venado de la casa del corazón Azteka", Mazatzin es Embajador del Reino Polinesio de Atooi, Reino de Hawái, y representante ante diversas naciones aborígenes de América.
Durante su visita, ofreció una reflexión profunda sobre el Calendario Azteca y su vínculo con el Amoxtli o Códice Borgia, uno de los manuscritos más enigmáticos del México antiguo.
UNA OBRA PICTOGRÁFICA
El Códice Borgia, también conocido como Amoxtli del Anáhuac, es una obra pictográfica prehispánica elaborada en piel de venado, con pigmentos naturales, que plasma la cosmovisión astronómica y espiritual de los pueblos del centro de México.
Para Mazatzin, este códice no es un vestigio del pasado, sino una guía viva, "una brújula espiritual que enseña a mantener el equilibrio entre el ser humano y el cosmos".
La charla, acompañada por una ceremonia de apertura con Danza Azteka, se convirtió en un viaje simbólico por la memoria y el tiempo. El maestro explicó que el Calendario Azteca no debe entenderse solo como un instrumento de medición, sino como "un mapa del alma", una herramienta para reconectar con la herencia cultural y con la responsabilidad cósmica de cada persona.
PRESENTACIÓN DE CÓDICE
Durante el encuentro, Mazatzin también presentó la Declaración de Procedencia Cultural y Alineación Ética del Amoxtli / Códice Borgia, así como el Tratado GRATK de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), documentos que buscan proteger el conocimiento ancestral frente a la apropiación indebida y promover la soberanía espiritual de los pueblos originarios.
Con un mensaje de afecto hacia Durango, el maestro cerró el encuentro recordando la fuerza simbólica de la tierra norteña. "Es un orgullo estar de nuevo en la tierra del Sol, de hombres de palabra y mujeres de puro corazón, donde nació Pancho Villa, el caudillo inmortal".
Así, entre danza, historia y sabiduría, el público duranguense encontró en el museo no solo una conferencia, sino una invitación a mirar el tiempo desde el corazón del Sol.
EL SIGLO DE DURANGO


