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JESÚS MENA VÁZQUEZ

La relación bilateral entre México y los Estados Unidos entró en una fase de incertidumbre y la mezcla de las distintas dimensiones de la relación bilateral a partir de la toma de protesta del Presidente Donald Trump.

Poner las distintas dimensiones de la relación bilateral en la misma canasta está poniendo al gobierno mexicano en un estado de tensión que no había sido evidente en décadas previas.

Mezclar temas que están en diferentes dimensiones, con distintas agendas y con distintos actores institucionales, como la entrada de migración y fentanilo a los Estados Unidos con la dimensión económica, que incluye la imposición de aranceles a productos mexicanos y canadienses nos ha puesto ante escenarios que antes parecían muy lejanos.

Por ejemplo, el envío de 29 líderes del crimen organizado de los distintos cárteles mexicanos a los Estados Unidos, es, por el alto perfil de los involucrados, la entrega de mayor importancia a las agencias de justicia en los Estados Unidos en la historia reciente. Esta expulsión de líderes criminales, no extradición, ya que fueron expulsados del territorio nacional por el gobierno mexicano, se ha entendido como una muestra del gobierno mexicano para continuar las negociaciones y evitar la imposición de aranceles a productos mexicanos.

Hace unos días se conoció una declaración del Presidente Trump respecto a la posibilidad de que políticos mexicanos fueran entregados a los Estados Unidos por hacer tratos con cárteles del crimen organizado.

Hoy sabemos que el exgobernador de Michoacán está prófugo de la justicia por peculado y tres de sus colaboradores cercanos han sido encarcelados.

En algún momento argumente en estas páginas que, aun considerando el discurso nacionalista que tanto gusta al régimen, lo que muy probablemente sucediera es que aceptaran sin cortapisas las demandas que les hiciera el gobierno de Estados Unidos.

Esto se puede ver, en primer lugar, con el envío de elementos de la Guardia Nacional a la frontera para evitar la migración ilegal a los Estados Unidos. El envío del grupo más importante de líderes criminales buscados por las agencias de justicia estadounidense para ser juzgados en ese país, incluso con la posibilidad de que sean ejecutados, es otra muestra del pragmatismo del gobierno mexicano para lograr que la imposición de aranceles no se materialice.

Muy pronto sabremos si las concesiones del gobierno mexicano han servido para que el Presidente Trump no imponga aranceles a nuestro país.

Lo que hemos visto, y seguiremos viendo, es que el gobierno federal mexicano va a implementar las acciones que le soliciten desde la Casa Blanca para tratar de salvar a la economía mexicana de la imposición de aranceles, que equivaldría a una recesión económica, empeorando así un escenario que ya es prácticamente de nulo crecimiento económico.

X: @jesusmenav

Escrito en: OPINIÓN EDITORIALES gobierno, Estados, mexicano, Unidos

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