
Renuncia forzada
“Por favor acepten mi renuncia. No quiero pertenecer a ningún club que me acepte como miembro”, Groucho Marx.
La del fiscal Alejandro Gertz Manera fue una renuncia forzada y desaseada. Así lo sugiere el circo que se montó ayer cuando se citó a una sesión extraordinaria del pleno del Senado en la que se mantuvo a los senadores esperando por horas, perdiendo el tiempo en espera de una carta que no llegaba y que cuando arribó tenía solo tres párrafos.