
Sergio ofrece desde hace años su servicio como rotulista dentro del Panteón de Oriente
Otra de las caras que muestra el Panteón de Oriente en Durango capital en el marco del Día de Muertos, además de los miles de visitantes que llegan a honrar a sus difuntos, son las personas que aprovechan la fecha para generar ingresos ofreciendo distintos servicios al interior: desde cargar cubetas de agua, limpiar tumbas, tocar música, vender botes para echar agua, hasta pintar letras y santos.
En la entrada principal se pueden ver personas, en su mayoría hombres, algunos jóvenes y hasta adolescentes, aunque también hay mujeres que acuden con sus hijos, todos se acercan a los visitantes para ofrecer la limpieza, acarreo de agua o ayuda para despejar o decorar las tumbas de sus familiares.
En el resto de accesos también se pueden encontrar, pendientes de apoyar a quien lo requiera a cambio de una cooperación voluntaria.
Afuera de los accesos está la romería y en cada puerta hay quienes hasta comparten mensajes bíblicos.
SERGIO, ROTULISTA Y PINTOR
Sergio Amador es pintor y rotulista, y desde hace 30 años acude al Panteón de Oriente, pero no para visitar alguna tumba, aunque comenta que tiene un tío sepultado ahí, sino para ganar un dinero extra ofreciendo sus servicios como pintor y rotulador.
Durante estos años ha visto cómo ha cambiado la celebración dentro del panteón. Recuerda que antes era como un “día de campo”, porque las familias pasaban todo el día en el lugar conviviendo, recordando a sus difuntos y compartiendo comida. Dice que algunas familias aún conservan esa tradición.
Aunque ya tiene clientes fijos con los que se pone de acuerdo para encontrarse en el panteón, también ofrece sus servicios a quienes buscan mejorar la pintura o las letras de las tumbas. Pinta cruces, herrería, "rellena letras" en material de mármol y también pinta las figuras de los santos cuando ya están despintadas por el tiempo.
Comenta que hay varias tumbas que conservan sus trabajos.
La experiencia le ha dado precisión, por ejemplo, para realizar distintos tipos de letra y mantenerlas derechas.
“Puedo poner cualquier nombre con letra normal, manuscrita o incluso con otros estilos como la gótica, dependiendo de cómo me la pidan”, comentó.
Para evitar errores, primero traza con lápiz una base sobre la que trabaja, pero también se ha equivocado, poniendo un nombre mal o cuando le ha faltado alguna letra, pero siempre corrige su error. "Hasta al buen cazador se le va la liebre", recuerda el refrán.
Dentro del panteón también ha dado mantenimiento de pintura a las tumbas de algunos familiares de comerciantes del mercado, donde dice que mucha gente lo conoce.
“En otras fechas me la navego por el mercado Gómez Palacio; ahí ya me conocen. También hago trabajos en los puestos del centro”, compartió.
Reconoce que ahora hay más competencia, pero se esfuerza para obtener un ingreso para llevar algo de dinero a su casa.

CÉSAR Y CHRISTIAN, LIMPIAN TUMBAS
Ofreciendo servicio de limpieza, desmalezado, acarreo de agua, carga de objetos y acomodo de flores, están César y Christian, quienes desde hace cuatro años comenzaron a trabajar en el Día de Muertos para obtener un ingreso extra.
No tienen un cobro fijo; piden a las personas la cooperación que deseen darles.
César tiene otro empleo de lunes a viernes, por lo que en esta ocasión solo trabajará el sábado 1 y el domingo 2 de noviembre en el panteón, con la intención de generar un ingreso adicional.
Dice que lo mínimo que le han dado son 20 pesos y lo máximo fueron 300 pesos, en esa ocasión limpió una tumba que le tomó mucho tiempo, pero nunca sabe cuánto es lo que va a ganar. “Depende del trabajo y de la persona; no se sabe”, expresó.
Ambos llegaron desde temprano junto con los primeros visitantes. Sus herramientas de trabajo son un azadón y una cubeta. Esperan realizar al menos 15 trabajos por día para juntar su dinero. Ellos se encuentran en la entrada principal.

FAMILIA BAUTISTA
En la romería del Día de Muertos, afuera del panteón, trabaja Jaqui en un puesto de flores que forma parte de un negocio familiar. Son cuatro los puestos que atienden diferentes integrantes de la familia, ubicados en distintos puntos alrededor en la romería, así lo hace desde hace años.
Ella tiene menos tiempo participando en la romería, pero sabe que es un negocio que ha ido creciendo y pasándose entre los integrantes de la familia Bautista. Sonríe y es muy amable con los visitantes.
Considera que la celebración del Día de Muertos es muy bonita porque permite honrar a los difuntos y, aunque se trata de una pérdida, se convierte en un momento de convivencia familiar.
“Es muy padre cuando llegan personas y les llevan flores a sus familiares”, expresó.
Participa en los tres días de la romería; desde el pasado 31 de octubre instaló su puesto, todos los días, desde las 8 de la mañana, ya se encuentra lista para atender a los visitantes.