
Si había más de 300 cuerpos, ¿qué entregaban las empresas funerarias en Ciudad Juárez?
Ciudad Juárez vuelve a colocarse en el centro de la indignación nacional luego del macabro descubrimiento de alrededor de 350 cuerpos almacenados en un crematorio que, durante años, operó sin supervisión adecuada.
Los restos humanos, encontrados en cámaras refrigeradas, revelan una crisis profunda en el manejo funerario de la región. Lo más perturbador no es solo la magnitud del abandono, sino el engaño, muchas familias no habrían recibido las cenizas que correspondían a sus seres queridos.
Entonces... ¿qué estaban entregando las funerarias?
La respuesta no solo apunta a negligencia, sino a un posible fraude sistemático. Según las primeras indagaciones, se presume que las empresas funerarias habrían utilizado cenizas genéricas, materiales inorgánicos o incluso restos de otros procesos para simular el cumplimiento de su servicio.
En la práctica, se burló el duelo de cientos de familias, que confiaron en que sus seres queridos fueron tratados con dignidad y respeto. Aunado a ello también se plantea la pregunta sobre qué es lo que harían con esos cuerpos si es que no se cremaban.
Este caso pone en evidencia la falta de regulación en el sector funerario. El crematorio involucrado funcionaba con supuestas licencias y vínculos con múltiples agencias funerarias locales, lo que sugiere una red de complicidades o, al menos, de omisiones graves por parte de autoridades municipales y estatales.
No se trató de un caso aislado, sino de un patrón sostenido de irresponsabilidad. La saturación del sistema forense, la falta de fiscalización y la indiferencia institucional terminaron por hacer del manejo de cadáveres un negocio sin escrúpulos.
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Familias juarenses traicionadas
Para las familias, el golpe es doble, la pérdida de su ser querido y también la incertidumbre de no haberle dado un adiós digno. Esta traición no solo hiere a nivel personal, sino que también fractura la confianza social en los servicios funerarios y en las instituciones que debían garantizar su correcto funcionamiento.
Fiscalía estatal ha prometido investigar a fondo, pero la exigencia ciudadana va más allá, se necesitan sanciones ejemplares y reformas que impidan que el dolor se convierta en una mercancía manipulada por la impunidad. El caso de Ciudad Juárez no puede quedar como una anécdota más en un país que ya carga con demasiados agravios sin justicia.