Las mascarillas sheet pueden usarse pero solo si se sellan después con crema; de lo contrario, harán más daño que beneficio.
La temporada de vacaciones está a la vuelta de la esquina y con las fiestas decembrinas acercándose, es el momento perfecto para hablar de un tema poco común pero esencial para quienes aman el skincare y no descuidan su "glow" ni siquiera entre nubes. Porque sí, viajar es emocionante(...) pero mantener la piel radiante a 10 mil metros de altura puede convertirse en un verdadero desafío si no se toman en cuenta las condiciones extremas de una cabina de avión.
La mezcla de aire seco, baja humedad y rayos UVA que atraviesan la ventana del avión crea un escenario inesperado para la piel, uno donde la protección solar, la hidratación inteligente y las rutinas minimalistas se vuelven protagonistas.
Lejos de los rituales eternos o las mascarillas de spa improvisado, lo que realmente marca la diferencia es entender lo que la piel necesita antes, durante y después del vuelo.
CUIDADO FACIAL EN LAS ALTURAS
Y es que hay que saber que, durante un vuelo, la piel se expone a una cabina extremadamente seca, con una humedad relativa que puede bajar a 6-10 %, muy por debajo del rango ideal. Esto se traduce en tirantez, descamación, labios partidos y una sensación general de resequedad. Además, si se viaja junto a la ventana en un vuelo diurno, los rayos UVA atraviesan el cristal y se intensifican con la altitud, convirtiendo al protector solar en un aliado inesperado incluso sobre las nubes.
Aunque muchos pasajeros confían en las mascarillas tipo sheet, esas que hacen parecer un fantasma, los expertos señalan que no son tan efectivas en un ambiente tan árido, la lámina puede secarse rápido y extraer humedad de la piel si no se sella con crema después. Por eso, en lugar de montar un spa en pleno asiento, lo más práctico es optar por rutinas cortas, funcionales y humectantes.
ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DEL VUELO
Antes de despegar, lo ideal es limpiar con un gel suave y aplicar un sérum humectante sellado con una crema hidratante. Si el vuelo es diurno o toca ventana, el protector solar de amplio espectro no es negociable.
Durante el trayecto, lo más importante es mantener las manos limpias antes de tocar el rostro. Un mist o un sérum ligero pueden ayudar a refrescar la piel, seguido de una crema suave en las zonas más secas. El bálsamo labial es imprescindible, y si las mucosas se sienten resecas, las gotas nasales salinas son una opción segura.
Al aterrizar, se recomienda una limpieza completa con agua embotellada o micelar, seguida de la rutina habitual de hidratación y protector solar si se continúa bajo el sol.
CONSIDERACIONES SOBRE HIGIENE
Aunque el agua del avión está regulada bajo normativas como la Aircraft Drinking Water Rule, los especialistas sugieren usar agua embotellada para cualquier paso de la rutina facial. Los lavabos a bordo suelen tener superficies con contacto constante, así que evitarlos reduce riesgos. En estos casos, los mists, sprays o soluciones ya preparadas son la opción más práctica y segura.
Y aunque los aviones modernos incorporan filtros HEPA, la higiene personal sigue siendo clave, manos limpias antes de tocar la cara, productos seguros y rutinas breves.
PRÁCTICAS A EVITAR
Hay productos que definitivamente no funcionan bien en un vuelo. Entre ellos exfoliantes, peelings, ácidos AHA/BHA, retinoides y mascarillas de arcilla. Todos pueden irritar o aumentar la deshidratación bajo estas condiciones. También es mejor evitar rituales largos que requieran enjuague, así como tocarse la cara sin higienizar las manos.
Y volviendo a las famosas mascarillas sheet, estas pueden usarse pero solo si se sellan después con crema; de lo contrario, harán más daño que beneficio. La mejor estrategia sigue siendo una rutina sencilla, centrada en proteger la barrera cutánea, mantener la piel humectada y evitar irritaciones.
En resumen, aterrizar con buena cara no tiene que ser una misión imposible, basta con preparar la piel antes de despegar, hidratar de forma estratégica durante el vuelo y restaurarla al llegar. Todo sin cargar medio tocador en la bolsa de mano.
El dato
La mezcla de aire seco, baja humedad y rayos UVA crean un escenario inesperado para la piel, uno donde las rutinas minimalistas se vuelven protagonistas.
