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Tomar una copa de vino al día... ¿es bueno o malo?

Aunque se ha popularizado la frase “una copa de vino al día es buena para el corazón”, ¿se trata de solo un mito?

Tomar una copa de vino al día... ¿es bueno o malo?

Tomar una copa de vino al día... ¿es bueno o malo?

DANIELA L. ALMAGUER

Durante décadas, la frase “una copa de vino al día es buena para el corazón” ha circulado como un consejo casi médico en conversaciones cotidianas y titulares de revistas.

A pesar de ese mito o rumor tan popular, la ciencia moderna ofrece una visión más matizada y rigurosa sobre los posibles beneficios y riesgos de esta práctica. ¿Realmente ayuda? ¿En qué condiciones? ¿Para quiénes?

Los compuestos beneficiosos

El vino, particularmente el vino tinto, contiene polifenoles, un grupo de compuestos vegetales con propiedades antioxidantes.

Entre ellos destaca el resveratrol, presente en la piel de las uvas rojas, que ha sido ampliamente estudiado por su posible acción antiinflamatoria, antienvejecimiento y protectora del sistema cardiovascular.

Según un estudio publicado en Nature y otros revisado por la Mayo Clinic, el resveratrol podría ayudar a proteger el revestimiento de los vasos sanguíneos, reducir el colesterol LDL (colesterol “malo”) y prevenir la formación de coágulos sanguíneos.

Además, los antioxidantes del vino podrían combatir el daño oxidativo celular, una de las causas del envejecimiento prematuro y ciertas enfermedades crónicas.

Consumo moderado y salud cardiovascular

Varios estudios epidemiológicos han encontrado una relación entre el consumo moderado de vino y un menor riesgo de enfermedades del corazón, sobre todo en personas mayores de 40 años.

En países como Francia o Italia, donde tradicionalmente se bebe vino de forma moderada y como parte de las comidas, se ha observado una incidencia relativamente baja de enfermedades coronarias, fenómeno conocido como la “paradoja francesa”.

Un análisis de datos del Framingham Heart Study, por ejemplo, mostró que quienes consumían alcohol en cantidades moderadas tenían una tasa más baja de enfermedad cardiovascular en comparación con quienes no bebían en absoluto. No obstante, los autores advirtieron que esta correlación no implica una recomendación universal, ya que también influyen factores como la dieta mediterránea, la actividad física y el contexto social.

Más efectos positivos para la salud

Algunas investigaciones también han explorado otras áreas en las que el consumo moderado de vino podría tener efectos positivos.

Uno de ellos es la salud cognitiva, pues estudios observacionales han sugerido una posible asociación entre el consumo moderado de vino y un menor riesgo de demencia o deterioro cognitivo en adultos mayores. El resveratrol podría tener un rol protector frente al estrés oxidativo neuronal.

También ayuda a mantener un control del azúcar en sangre. Una investigación publicada en Annals of Internal Medicine indicó que el vino tinto, consumido con moderación y junto con una dieta balanceada, podría ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina en personas con diabetes tipo 2.

Pero… ¿hay riesgos?

Sí, y son importantes. Distintos estudios coinciden en que el alcohol no es un nutriente esencial ni necesario para estar saludable, y los riesgos pueden superar los beneficios en muchos casos.

El consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas, aumenta el riesgo de ciertos tipos de cáncer, especialmente cáncer de mama, esófago, hígado y colon. Además, puede contribuir a enfermedades hepáticas, hipertensión, problemas de sueño, ansiedad y dependencia.

Un estudio masivo publicado en The Lancet en 2018 concluyó que el nivel más seguro de consumo de alcohol es cero, aunque reconoció que el riesgo asociado a una copa diaria es muy bajo en comparación con el consumo excesivo.

Por ello, diversas instituciones, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Heart Association, recomiendan precaución y subrayan que nadie debería empezar a beber con la idea de mejorar su salud.

Entonces… ¿sí o no?

El vino tinto, consumido con moderación, puede integrarse sin problema a un estilo de vida saludable, pero no debe considerarse un “remedio” ni una necesidad médica.

La clave está en el contexto: si se toma con las comidas, sin exceder las cantidades recomendadas (una copa de 150 ml al día para mujeres, y hasta dos para hombres), dentro de una dieta equilibrada y sin antecedentes de adicción o problemas de salud relacionados, no solo es seguro, sino que puede formar parte de una experiencia placentera y culturalmente rica.

Escrito en: Vino Salud vino, consumo, podría, enfermedades

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