Venezuela denuncia 'amenaza colonialista' tras advertencia de cierre aéreo de Trump
El gobierno de Venezuela reaccionó con firmeza luego de que Donald J. Trump declarara que el espacio aéreo sobre y alrededor del país debía considerarse “cerrado en su totalidad”.
La administración de Nicolás Maduro calificó el mensaje como una “amenaza colonialista”, una acción hostil e injustificada que, asegura, viola la soberanía venezolana y el derecho internacional.
Caracas exige respeto a su espacio aéreo
La advertencia, dirigida por Trump a aerolíneas, pilotos y presuntos grupos criminales, generó inmediata condena desde Caracas. El ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, afirmó que se trata de una “agresión ilegal” que desconoce los principios básicos de convivencia entre naciones. El gobierno venezolano insistió en que no aceptará injerencias ni condicionamientos de ningún país sobre la administración de su propio espacio aéreo.
Además, Venezuela consideró la declaración como parte de una política de presión constante, señalando que ningún poder extranjero tiene autoridad para ordenar el cierre o control de rutas aéreas nacionales.
Riesgos para vuelos y operaciones de repatriación
La tensión también afecta la operación de vuelos comerciales e incluso los programas de repatriación de migrantes. Autoridades venezolanas indicaron que las advertencias emitidas desde Washington ya habían provocado la suspensión de rutas internacionales y decisiones recientes como la revocación de concesiones a aerolíneas que dejaron de operar por motivos de seguridad.
Estos movimientos complican aún más la conectividad aérea del país, que en los últimos años ha sufrido una reducción drástica de vuelos y opciones de transporte.
Llamado a la comunidad internacional
La administración de Maduro llamó a los organismos internacionales a rechazar lo que considera “una agresión con tintes coloniales”. Sostuvo que este tipo de advertencias atentan contra la paz regional y buscan socavar la estabilidad del país bajo pretextos políticos.
El episodio vuelve a tensar la ya deteriorada relación entre Estados Unidos y Venezuela, en un contexto marcado por acusaciones mutuas en temas de seguridad, narcotráfico y legitimidad electoral.