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Verificación vehicular: ¿política ambiental o recaudatoria?

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Verificación vehicular: ¿política ambiental o recaudatoria?

Verificación vehicular: ¿política ambiental o recaudatoria?

VÍCTOR MONTENEGRO

El regreso al debate sobre la verificación vehicular en Durango deja nuevamente expuesta una contradicción que el gobierno intenta maquillar con un discurso ambientalista que, a estas alturas, resulta difícil de sostener por problemas estructurales que nunca se han querido afrontar de manera contundente.

Si bien se insiste en que la medida busca "cuidar la calidad del aire", el contexto revela otra lectura, pues resulta difícil creer que la intención sea genuinamente ecológica cuando, por décadas, el mayor foco de contaminación -las ladrilleras dentro de la mancha urbana- sigue operando casi con total impunidad.

Además, Durango pretende sumarse a la fórmula de hologramas, multas y centros de verificación, justo cuando las finanzas públicas atraviesan presiones crecientes y cuando la sociedad observa, con justa suspicacia, cómo este tipo de programas acaban convirtiéndose, en la práctica, en mecanismos recaudatorios disfrazados de ecología.

Las autoridades piden confiar y dan por hecho que Durango "aún está a tiempo" de evitar lo ocurrido en ciudades como Monterrey o la Ciudad de México. Por donde se le quiera ver, la verificación vehicular, tal y como se plantea aquí, sigue sonando más a una estrategia de recaudación que a un proyecto integral de protección ambiental.

No obstante, lo que dejan de reconocer es que esas grandes metrópolis han fracasado precisamente porque apostaron a medidas parciales, dirigidas al ciudadano común, sin enfrentar los intereses económicos de las fuentes más graves de contaminación. Hoy, Durango parece dispuesto a repetir ese error.

Mientras se contempla verificar a los automovilistas particulares -que al final son los más fáciles de fiscalizar-, las ladrilleras continúan operando entre zonas habitacionales, afectando directamente a unas 3 mil personas por cada obrador y generando episodios de contaminación visibles, tangibles y persistentes.

Mismas autoridades ambientales han reconocido que por cada dos ladrilleras clausuradas se instalan otras tres en la mancha urbana, y que la reubicación hacia el Parque Industrial Ladrillero, desde su puesta en marcha hace ya muchos años, no ha logrado ser atractiva para los obrajeros por las dificultades implícitas, como la lejanía del lugar que complica el traslado de materiales y la venta de su producto.

El argumento en torno a que la verificación "no es recaudatoria" se desploma al menor análisis. Porque un programa de tal índole implica infraestructura, concesiones, cobros y sanciones. La experiencia nacional demuestra que la recaudación supera con creces la inversión ambiental. Sin proyecciones y sin transparencia, el gobierno pide un acto de fe que la ciudadanía ya no está dispuesta a otorgar.

EN LA BALANZA.- El llamado del regidor de Movimiento Ciudadano, Francisco Franco, pone en evidencia una contradicción que los gobiernos municipal y estatal evaden reconocer, pues mientras alardean de un supuesto crecimiento económico, trabajadoras y trabajadores del sector público enfrentan despidos sin claridad ni apoyo. Resulta insensible que, en pleno cierre de año, no exista una estrategia que vincule a estas personas con nuevas oportunidades laborales. Más que una postura partidista, la exigencia de acompañamiento debería ser una obligación básica de ambos gobiernos, que no pueden hablar de desarrollo mientras dejan a tantas familias a la deriva.

CERROS SECOS Y PELONES... La prolongada toma del IESEN en Lerdo, más que un conflicto escolar, es un reclamo más al profundo desdén del Gobierno del Estado de Durango, hacia una comunidad que lleva tres semanas pidiendo algo tan básico como diálogo. La respuesta oficial, hecha de silencios, minimizaciones y señalamientos como en el caso del sector productivo que es víctima de extorsiones, solo ha escalado el descontento a grado tal de unir a maestros y estudiantes en una protesta inédita. Mientras se improvisan sedes alternas y se presiona a inconformes, la autoridad evade asumir responsabilidades y deja a una institución formadora de docentes sumida en la incertidumbre.

X: @Vic_Montenegro

Escrito en: Contrapesos Durango, verificación, ladrilleras, contaminación

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