
¿Ya no te gusta la música nueva? la ciencia tiene noticias para ti
Si últimamente te descubres diciendo frases como “ya no hacen música como antes” o “la de mis tiempos sí era buena”, no estás solo… ni estás exagerando. Un análisis de hábitos de escucha sugiere que, a cierta edad, muchas personas dejan de interesarse por nuevos géneros, nuevas bandas y nuevas tendencias musicales. Y sí: el cerebro tiene mucho que ver.
La edad en la que dejamos de buscar música nueva
De acuerdo con datos analizados por Ajay Kalia, quien ha estudiado las tendencias de uso en Spotify USA, la “apertura” a nueva música comienza a disminuir alrededor de los 33 años.
Mientras que en la adolescencia y hasta mediados de los 20 solemos absorber música nueva sin esfuerzo, el interés cae de manera gradual conforme nos acercamos a los 30. Y una vez pasada esa edad, nuestros hábitos musicales parecen “establecerse” de forma casi permanente.
La etapa que define tu gusto musical
Según Kalia, la adolescencia es la etapa en la que se forman los vínculos emocionales más fuertes con la música. Lo que escuchamos entre los 13 y los 20 años queda tan marcado en nuestra memoria emocional, que después tendemos a comparar todo lo nuevo con esas referencias.
Esto explica por qué muchos adultos consideran “mejor” la música de su juventud: no necesariamente por calidad, sino porque está asociada a momentos importantes, amistades, salidas, romances, fiestas, descubrimientos… a identidad.
Menos tiempo, más rutina, y un cerebro que busca comodidad
A medida que nos volvemos adultos, trabajo, responsabilidades, horarios, estrés, tenemos menos tiempo para explorar cosas nuevas. Nuestro cerebro, siempre buscando ahorrar energía, prefiere regresar a lo que ya conoce y sabe que le gusta.
Además, el análisis sugiere que convertirse en padre puede acelerar este cierre musical: las prioridades cambian y el margen para descubrir nuevas bandas se reduce incluso hacia los 26 años.
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¿Por qué lo nuevo “no se siente igual”?
El estudio plantea dos razones principales:
- Ya no estamos expuestos a la música como en la adolescencia (radio, fiestas, amigos, escuela).
- Descubrir géneros desconocidos exige un esfuerzo que muchos ya no hacemos de forma natural.
Esto provoca que las nuevas propuestas nos parezcan “menos atractivas” o simplemente nos pasen de largo.
¿Se puede evitar quedarse atrapado en la misma música?
Sí, aunque requiere intención:
- Seguir playlists de descubrimiento.
- Dedicar un rato a explorar géneros que nunca has probado.
- Escuchar recomendaciones fuera de tu círculo habitual.
- Dejar que el algoritmo haga su magia de vez en cuando.
No se trata de abandonar tus clásicos, que seguirán siendo tus favoritos, sino de evitar que tu gusto musical se convierta en un museo.
En resumen…
No estás envejeciendo mal: estás envejeciendo normal. Tu cerebro simplemente se apega a la música que definió tu vida, mientras que lo nuevo requiere esfuerzo emocional y cognitivo que ya no hacemos tan seguido.
Así que la próxima vez que alguien te diga “la música de antes era mejor”, puedes responder:
“No es que fuera mejor… es que nuestro cerebro así lo decidió.”
...pero sí era mejor.