Niños, sin cuidados por adicciones

Como a las dos de la mañana el rechinido de la carreola por la calle, durante unos cinco minutos todos los días, despertaba a los vecinos que debían levantarse temprano. Les molestaba mucho que esa señora, madre de dos niños, los desvelara y por eso lo reportaron a las autoridades.

Días después el grupo Esmeralda acudió, ya que la mujer salía a consumir drogas y para no dejar solos a sus hijos se los llevaba, uno en los brazos otro en la carreola que hacía mucho ruido porque ya no tenía una rueda, además ese día que la vieron había perdido un zapato y con el que le quedaba hacía un ruido peculiar al dar el paso.

Los funcionarios que atendieron el caso supieron que a los vecinos solo les preocupaba el ruido que hacían, no el destino de los niños.

En la intoxicación

La adicción al alcohol, la marihuana, el cristal, la cocaína y medicamentos controlados ha crecido en general, con ello cada vez son más las denuncias que DIF estatal Durango recibe de padres de familia que incurren en omisión de cuidados; diariamente atiende hasta 15 denuncias, la mitad de ellas resultan reales.

De las casi 40 denuncias semanales, 30 por ciento tienen relación con el consumo de drogas por parte de los padres, puntualizó Raquel Leila Arreola Fallad, Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia.

En los últimos meses el consumo de drogas en la mujer se ha incrementado igual que la participación en actividades delictivas. Hay posicionamientos de diversos sectores que se expresan sobre el tema en relación a que ello muestra el avance de la igualdad de género en todos los ámbitos, incluso en los negativos; empero, lo que no alcanza el equivalente entre hombres y mujeres es la responsabilidad sobre los hijos, porque se conoce que las mujeres son quienes, salvo excepciones, se quedan a cargo de los niños en casos de separación o problemas de adicciones, ello conlleva a que las denuncias recientes por maltrato infantil sean contra mujeres.

En el primer trimestre del 2018, 51 niños ingresaron a la Casa Hogar del DIF para posteriormente integrarse a la familia ampliada (abuelos, tíos, entre otros), de ellos 30 por ciento vivían en condición de calle con sus madres.

"Con todos los riesgos que eso merece, no van a la escuela, no están registrados, no hay alimentos (...) todo es muy grave, pero lo más grave es que se van al lugar a donde venden la droga la consumen y llevan a los niños", advirtió Arreola Fallad.

Historias hay varias y recientes, de todo el estado, por ejemplo en la localidad La Ciudad, del municipio de Pueblo Nuevo, DIF aseguró a unos niños, entre ellos tres mayores de 14 años de edad que incluso no estaban registrados.

En estos casos, la señalada siempre es la madre, alguién se ha preguntado ¿en donde está el padre?

"¿Cuál es el problema aquí?, que los hijos siempre se quedan con la mamá, el papá nunca se los lleva", reconoció la Procuradora.

'Una limosnita'

Como a las ocho de la mañana Susy y sus dos niñas, de dos y cuatro años, tomaban el camión, uno de la ruta Verde, del sur al centro de la ciudad.

Todos pensaban que iba al trabajo, hasta que a cada quien le tocó ver como pedía "una limosnita"; eso era increíble, dicen las vecinas, porque aunque "uno es pobre no anda pidiendo".

Susy tiene poco más de 22 años pero aparenta menos edad, mide casi 1.60 de estatura, parece que sus niñas también serán bajitas, a todos lados las llevaba con ella, a la calle Constitución, la avenida 20 de Noviembre, la Plazuela Baca Ortiz.

"¿Me da una limosnita? Para darle de comer a mis niñas", era la frase de Susy con voz lenta y grave.

Susy es la menor de sus hermanos, contrario a lo que pudiera pensar alguien que la vea mendigando, sus padres trabajan, siempre lo han hecho. Ella comenzó a mendigar luego de que su marido ingresó al Cereso 1 de Durango por narcomenudeo.

Lo agarraron cuando 'quemaba' y 'lo sembraron', eso cuentan en la cuadra.

Sin embargo, cuando el hombre salió, ella continuó su rutina: ir al centro en la mañana y hasta las nueve de la noche a pedir limosna. El marido, por su parte, siguió en la droga hasta que un día dijo que iba a trabajar a un rancho, quien sabe a cuál, pero allá se casó y ya no regresó.

Nadie se atreve a preguntarle a Susy por qué no trabaja, si es joven, sana y hay guarderías donde dejar a las niñas.

Platón decía que el amor es una enfermedad mental, y quizás aplique cuando ese estado es el único que puede mover o inmutar. En el caso de Susy, parece ser lo que la hace tomar decisiones.

Tras un corazón roto, conoció a un hombre unos 13 años mayor que ella, adicto a todas las drogas, agresivo y sin muestras de pudor, él fuma mariguana a todas horas por las calles, avienta el humo en la cara de los vecinos sin importar la edad; sin embargo, desde que está con él ha dejado de pedir limosna.

Hace unos días llegó personal del DIF Estatal, luego de una denuncia, le advirtieron que podría perder a sus hijas.

Hay quienes afirman que Susy también consume drogas.

En venganza

Sara, de 21 años, es mamá de dos hijos, aparenta menos edad; el mayor de los niños llora mucho. 'Por todo y por nada'.

Aunque habla poco con sus vecinos porque no le gusta tener problemas, un día recibió la visita del DIF, tenía una denuncia por presunto maltrato hacia el niño. Una vecina dijo que Sara siempre los golpeaba, que oía las golpizas. Investigada por esa acusación, los abogados descartaron dicho maltrato, casualmente esa vecina le hacía constantes comentarios sobre su corta edad, que ella consideraba le impedía a Sara tener capacidad para ser madre.

De estos casos también se registran todos los días, la mitad de las denuncias son falsas y muchas ocasiones "la suegra acusa a la nuera, la vecina acusa a la otra vecina o las comadres", afirmó la Procuradora.

Se trata de venganzas, las cuales cabe destacar se aplican solo contra las mujeres, tal vez la cultura blinda a los hombres de este tipo de señalamientos porque la idea predominante es que la mamá es lo que no debe fallar. En la opinión de Julieta Hernández Camargo, presidenta de la Asociación Si Hay Mujeres en Durango, esto es un estereotipo mas, la mujer por ser mujer, y aún más por ser madre, no tiene lo que la española Amelia Valcárcel llama "derecho al mal".

Por ello la mujer con problemas de adicción y con hijos es juzgada con mas dureza, destacó Hernández Camargo; "es vista como la única parte de la ecuación que debe atender a los hijos".

Así en la vida de Susy, por ejemplo, en este momento nadie sabe dónde se encuentra el padre de sus niñas; incluso, hay quienes justifican el abandono porque no se maquilla y pide limosna en la calle, esto a pesar de que ella no lo abandonó el par de años que pasó en la cárcel, tiempo en el que no se responsabilizó de la manutención de las hijas.

En Durango el 35 por ciento de los hogares está encabezado por una mujer. La Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció que padre y madre tienen el mismo derecho de potestad sobre los hijos; se infiere que también responsabilidad, pero al hablar de problemas familiares a las mujeres se les da esta obligación.

El saldo es:

º En el primer trimestre DIF estatal atendió 300 reportes de presunto maltrato infantil de los cuales 171 se comprobaron, tras ello se emprendió una investigación.

º Del total de casos de violencia reales 79 fueron por omisión de cuidados, 29 por maltrato físico lo que incluye moretones, aruños, pellizcos, quemaduras de cigarro, jalones de cabello y maltrato psicológico; ocho fueron por abuso sexual, y 32 de casos de padres y madres adolescentes que se desobligaron de sus hijos.