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Más vale prevenir

INE sólido

Más vale prevenir

Más vale prevenir

LORENZO MEYER

"Más vale prevenir que lamentar". El dicho popular viene a cuento al considerarla reciente decisión presidencial denacionalizar ese mineral, conductor excelente del calor y de la electricidady que será muy demandado en el futuro por los fabricantes de baterías: el litio.

Nacionalizar un mineral potencialmente estratégico para México, sobre el que aún no hay certeza de su cuantía ni de cómosepararlo de las arcillas que lo contienen es, pese a las incertidumbres,una buena decisión para evitar un error como el de 1909 cuando Méxicorenunció su derecho de propiedad original sobre los yacimientos petroleros.Y es que poco después, cuando la Revolución Mexicana quiso recuperar el derecho perdido yaera tarde y el resultado fue un largo conflicto de más de 20 años entre los gobiernos de México por un lado y las empresas petroleras extranjeras y sus gobiernos por el otro, pues estos últimos simplemente se negaron a renunciar a sus "derechos adquiridos". Examinar este tortuoso arranque de la industria petrolera en nuestro país permite apreciar el significado de la temprana nacionalización del litio.

Dos empresas extranjeras,la Huasteca Petroleum Company (norteamericana y fundada en 1907) y la Compañía Mexicana de Petróleo "El Águila" (inglesa, fundada en 1908) marcaron la primera etapa de la historia petrolera mexicana e influyeron decisivamente en la elaboración del marco jurídico en que iban a operar y que muy pronto se tornó conflictivo en extremo.

Al despuntar el siglo pasado, el motor de laincipiente modernización económica mexicana era la red ferrocarrilera y se supuso que explotar el petróleo ayudaría a alimentarla e impulsar la economía nacional. Pero no fue así, pues al final el grueso del petróleo lo consumieron mercados extranjeros con poca utilidad para México.

En el origen, el gobierno de México vio sin gran preocupación que empresas extranjeras de dos países en competencia empezaran a explorar y explotar una riqueza natural de la que no se sabía a ciencia cierta su potencial.En esta etapa inicial, el presidente Porfirio Díaz no solo enfrentócierta presión de las empresas sino la ausencia de información confiable. Había dos visiones encontradas: unaaseguraba que en México no había mucho petróleo en tanto que la otra, donde destacaba un joven ingeniero: Ezequiel Ordóñez, que sostenía lo contrario pues las chapopoteras eran indicador confiable de abundancia. Al finalDíaz optó por la primera opinión y aceptó que el congreso declarara que los yacimientos petroleros seríanpropiedad del superficiario y además casi exentó de impuestos su explotación.

Por siglos la legislación colonial había considerado toda la riqueza mineral propiedad original del soberano español y tras la independencia ese derecho simplemente fue asumido por el nuevo soberano: la nación. Pero cuando en 1884 el país independiente expidió su primera legislación minera dejó al carbón y al petróleo como propiedad del dueño de la superficie. En 1901, cuando ya existían las dos empresas petroleras importantes, se publicóla primera ley específicamente petrolera que fue poco clara sobre la propiedad original de los yacimientos. Sin embargo, los interesados presionaron y en 1909 otra ley declaró sin ambigüedad que el petróleo era "propiedad exclusiva" del superficiario.

En 1916el constituyente revolucionario decidió recuperar para la nación la propiedad original delos hidrocarburos y con ella su capacidad de exigir regalías a una industria que ya era un enclave extranjero. Pero la resistencia al cambio fue feroz y el conflicto se prolongó hasta desembocar en la expropiación de la industria en 1938.

Sea cual fuere el desarrollo futuro de la minería del litio en nuestro país, la experiencia histórica en materia petrolera indica que México no debe arriesgarse a repetir con ese mineral estratégico el error del Porfiriato. La nacionalización temprana del litio ayudará a no volver a tropezar con la misma piedra.

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En el primer ejercicio de revocación de mandato realizado en México, uno de los principales resultados fue que constatamos que tenemos un INE fuerte y sólido.

A partir de la creación del IFE (ahora INE), pero sobre todo de que la Constitución lo considerara como un organismo autónomo, independiente de partidos políticos e intereses gubernamentales, tenemos la certeza de que las elecciones son libres y legítimas. Y, ahora, los mecanismos de participación institucionalizada cuentan con la gran capacidad organizativa y estructural del INE.

Y esto ha sido posible en la medida en que el control de las elecciones y los mecanismos de participación dejaron de estar en manos de las autoridades y pasaron a manos de los ciudadanos. Aspectos que en cada elección y en cada proceso debemos seguir cuidando.

El pasado 10 de abril se tuvo el primer ejercicio de revocación de mandato en nuestro país, y aunque el proceso presentó diversas áreas de oportunidad, y el INE enfrentó múltiples desafíos, una vez más podemos constatar que tenemos una institución pilar para nuestra democracia y para proteger la voz de los ciudadanos.

Uno de los desafíos que enfrentó el INE fue el considerable recorte presupuestal para este ejercicio: de los 3,830 millones de pesos solicitados, se le otorgó menos de la mitad, 1,567 millones. Y, a pesar de ello, convocó y capacitó a 287 mil ciudadanos para ser funcionarios de casilla e instaló la totalidad de las 57,436 casillas contempladas, logrando cobertura y representación en todos los distritos y secciones electorales del país.

Asimismo, promovió el ejercicio en todos los medios de comunicación y redes sociales, a través de spots en radio y televisión, publicaciones y pautas en diversos medios, y la organización de Foros de Discusión Nacional.

Otra labor importante que realizó el instituto es que hizo cumplir el Estado de Derecho al vigilar y actuar ante la violación de las normas por parte de funcionarios, legisladores, gobernadores y miembros del partido en el poder. En todo el proceso se presentaron alrededor de 170 quejas que fueron sancionadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Más allá de la baja participación ciudadana en la jornada y de lo perfectible que es el ejercicio, el INE demostró estar a la altura y ser un garante de nuestra democracia que cuida y hace respetar la Constitución.

Por ello, desde Coparmex reconocemos el gran trabajo del INE y de los ciudadanos que participaron como funcionarios de casilla para hacer realidad la revocación de mandato. Estamos convencidos de que no estaríamos hablando de democracia si no tuviéramos equilibrios y contrapeso al poder, a través de instituciones como ésta.

Como ciudadanos, consideramos que es importante continuar respaldando al INE para construir una mejor democracia y un mejor país. Una vez más tenemos elementos para confiar y defender al #INE y seguir exigiendo cada vez mejores mecanismos de participación. #OpiniónCoparmex

Aún es tiempo, los invitamos a sumarse a: https://yodefiendoaline.mx/

Presidente Nacional de Coparmex

Escrito en: LORENZO MEYER propiedad, petróleo, empresas, democracia

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