La perfección de un bebé

¿Quién no puede amar a los bebés? morimos de amor cuando los vemos, nos derriten de ternura y roban nuestro corazón, son tan perfectos, huelen tan rico, son tan naturales y auténticos, no tienen miedo de pedir lo que quieren, expresan sus emociones libremente.

Cuando un bebé está enojado, todos en casa lo notamos, de igual manera, cuando está contento su sonrisa ilumina hasta al adulto con cara de pescado aburrido, pues estas criaturitas están llenas de amor y ternura, alumbran todo porque están en estado de conciencia absoluta, el bebé tiene mil veces más energía en alta vibración que un adolescente.

Los bebitos mueren si no reciben amor, cuando crecemos aprendemos a vivir sin amor, pero los bebés no lo soportan.

Los niños vienen a este plano a aprender de nosotros, pero la realidad es que nosotros tenemos que aprender de ellos.

Los niños no se someten al tiempo, por eso no se estresan, su mente es libre de imaginar y disfrutar la existencia aquí y ahora. No conocen de miedos, no tienen bloqueada su precepción psíquica, imaginan, sueñan, no saben nada absolutamente, ellos solo existen y disfrutan.

Ese es el estado natural del ser, tú fuiste así, todos fuimos así... ¿cómo sucedió que de ser un pequeño bebé que conoce su perfección y la perfección de la vida pasamos a ser una persona complicada, estresada y con problemas, que se siente indigna de ser amada y con miedo? los adultos vamos por la vida negando nuestra propia magnificencia y llenándonos de creencias limitantes y mensajes negativos: "no soy suficientemente bueno" "la vida es peligrosa" "soy demasiado viejo".

Cada uno de nosotros tiene a un niño dentro de nosotros y a menudo pasamos la mayor parte del tiempo regañándolo y después nos preguntamos ¡¿Por qué no funciona nuestra vida?!

Bloqueamos nuestra libre expresión, aun cuando tenemos más de 80 músculos en la cara, nos acostumbramos a usar la misma y limitada expresión facial, igual a su Majestad la Reina Isabel.

Tenemos todo un bufé a nuestra disposición para experimentar entusiasmo, fascinación, buen humor, sensualidad, deseo, gratitud, encanto, fascinación, curiosidad, indignación, amabilidad, suavidad, etc. Debido a que no existen genuinos lectores de mentes en este planeta, es urgente que digas a las personas lo que sientes y lo que quieres, de lo contrario nadie te lo va adivinar. Tu niño interior aún existe, es tu alegría, tu capacidad de sentir, tus ganas de soñar, el amar por el placer de amar, el compartir por diversión, es todo aquello que realizas con todo tu ser, la expresión de tu creatividad y de tu belleza.

El niño interior es aquella parte de tu energía que te conecta desde afuera, lo más externo físicamente, hasta lo más interno de tu alma.

Esta conexión, este niño interior, vive en tu corazón ese es su hogar. Es el amor y la ternura hacia ti.

Una buena dosis de amor, emociones positivas, cariño y ternura son factores de inmunidad para la depresión, tu corazón funciona mejor si expresas tus emociones y tu sistema inmune se fortalece.

¿Puedes reconocer que tu corazón necesita ternura? asiente con la cabeza si estás de acuerdo... Yo nunca les creo a mis pacientes cuando tratan de convencerme de que son terribles o de que no son dignos de ser amados.

Mi trabajo consiste en regresarlos a aquella época en que ellos sabían realmente como amarse.

Hazle un favor al universo: no escondas tu magia.