En desventaja, madres adolescentes

A sus 17 años Sara se convirtió en mamá. No sabía mucho sobre maternidad, ni de la vida misma, pero a diferencia de otras mujeres que también han tenido hijos a temprana edad, en su caso fue un embarazo con consentimiento.

"En ese momento estaba muy enamorada y no medía la responsabilidad tan grande que era ser mamá. Tenía el apoyo, en todos los sentidos, de mi pareja y se me hizo fácil", compartió.

Como muchas, no recibió alguna orientación que le permitiera tomar mejores decisiones y tampoco tuvo ningún apoyo gubernamental para continuar sus estudios, "intenté ya cuando estaba haciendo la carrera pero eran muchas vueltas y requisitos y a veces el tiempo ni siquiera me daba para terminar las solicitudes para alguna beca o cosas de ese tipo".

Cuando la relación con el papá de su hijo terminó, todo se complicó aún más ya que, sin una educación ni un trabajo que le permitiera ser autosuficiente, la vida se convirtió en un peregrinar junto a su pequeño.

"Lo más difícil fue la crianza ya después de que no tuve el apoyo de mi expareja porque sola es más complicado. Empecé a estudiar y luego el trabajo, realmente no le daba la atención que necesitaba y aparte la economía, a veces no completaba ni lo más básico, era mucha angustia. Un día se quedaba con mi mamá, otro día con mi tía, a veces conmigo porque tenía que entrar muy temprano. Entonces toqué fondo y tuve una visión en un momento de mi vida y dije: no puedo continuar así. Me fijé una meta que me costó mucho pero, al final del día, sí se logró".

Tuvo que retomar la preparatoria para cumplir su sueño de entrar después a la Universidad. Ser la más grande de la clase la hacía sentir rara, pero nunca se desvió de su meta.

Ahora a la distancia se ve todo con mucho mayor claridad. Sara ya es profesionista y puede ofrecerle un mejor futuro a su hijo, además de que tiene más herramientas para tomar mejores decisiones; pero no fue fácil, por lo que está convencida de la importancia de que se fomenten estrategias para evitar que haya más madres adolescentes.

"No recomendaría ser mamá tan joven, sí creo que es importante, antes de pensar en eso, que tú te sientas segura como persona, que tengas la solvencia económica principalmente y que tú quieras, no porque te casaste o porque otra persona quiere que tengas hijos. Lo principal es que tú quieras y que tengas la solvencia económica porque los hijos son un gasto. Y aparte que ya hayas vivido todas tus etapas de la universidad, de salir y así, para que le des todo el tiempo a tu hijo; yo no recomiendo tener hijos tan joven", concluyó.

LA MAYORÍA NO LOGRA CONTINUAR SUS ESTUDIOS

Durango ocupa el tercer lugar nacional en embarazo de adolescentes; tan solo el año pasado se registraron cerca de dos mil casos, en menores de nueve a 17 años.

Así lo dio a conocer recientemente la diputada Ofelia Rentería Delgadillo, quien presentó una iniciativa de reformas a la Ley de Educación de Estado, con el fin de prevenir los embarazos en adolescentes a través de pláticas de educación sexual en las escuelas de nivel básico para abordar el tema con una visión integral.

El embarazo afecta las oportunidades laborales y los ingresos de las adolescentes. La mayor parte de las madres adolescentes no tiene empleo ni ingreso al momento de tener a sus hijos y presentan mayores dificultades para conseguirlo posteriormente, dio a conocer el Instituto de Evaluación de Políticas Públicas del Estado (Inevap), en la última Evaluación que hizo al Programa Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes, en Durango, en 2018.

"En lo que respecta a la educación, las oportunidades también se limitan para las madres adolescentes. Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las mujeres que fueron madres en la adolescencia, el 42.7 por ciento no concluyeron la secundaria, y solo el cinco por ciento cuentan con estudios profesionales, porcentaje que marca una seria desventaja respecto del 24.8 por ciento de las mujeres que fueron madres después de los 19 años y que lograron acceder a la educación superior".

"En virtud de ello, la importancia de desarrollar e implementar acciones que permitan mejorar la salud sexual y reproductiva de los adolescentes y, por ende, reducir los niveles de fecundidad en este grupo etario", concluyó el informe.