Es claro que estamos viviendo un mundo posmoderno plagado de paradojas; aparentes realidades que en ocasiones parecieran contraponerse y, sin embargo, están presentes como hechos tangibles que influyen en la orientación de nuestras vidas.
Dicen que todos vivimos nuestra propia verdad, sentencia popular cierta, cuando reconocemos en cada uno de nosotros intereses particulares diferentes, aunque lo ideal es que estén centrados en perseguir el respeto al bien común.
Los verdaderos políticos buscan tal realidad; los politiqueros abusarán de todos los medios y armas a su alcance, incluyen infundir mentiras y temores entre los ciudadanos a fin de alcanzar sus oscuros fines.
Es sabido que en ello participan los tecnificados medios de comunicación y los sesudos estudios en sociología y psicología política de masas, cada vez son más sofisticados, efectivos y, desafortunadamente, muchas veces alejados de la ética y la moral.
Hoy día, por los medios de comunicación tradicionales y electrónicos, recibimos información que pudiera ser verdadera o falsa, según sea el interés - y el potencial económico - del comunicador, dejándonos con la grave responsabilidad de tomar decisiones, tomando en cuenta datos muchas veces alterados.
Como ejemplo, algunos especialistas en redes sociales, dicen que hasta ocho de cada diez mensajes recibidos por teléfono móvil son falsos o distorsionados; con ellos moldeamos nuestro criterio y externamos opinión generando lo que llaman "tendencia de aceptación" de una supuesta realidad. Qué complicado, ¿verdad?
El "Diálogo" tiene el propósito de intentar comprender que nos pasa en la vida posmoderna; estamos sometidos al bombardeo con información verdadera, distorsionada y/o falsa, que llega a mantenernos fuera de la realidad, con propósitos egoístas de terceros, que pueden ir contra nuestros intereses.
Para el caso, existen algunas investigaciones en el campo de la ciencia y reflexiones filosóficas que tratan el tema lo que llaman paradojas.
Por favor tenga paciencia:
La primer paradoja propuesta se basa en el enunciado del premio novel de física, Erwin Schrödinger, con el caso de una caja con un gato encerrado y una partícula radioactiva dentro, que si es liberada le pudiera ocasionar la muerte.
Hay un 50% de posibilidades de que el gato esté vivo o muerto, probabilidad estadística igual para ambos estados, utilizables en la decisión: prácticamente el minino estará vivo/muerto simultáneamente y solo al abrir la caja sabremos la verdad.
Schrödinger intentó hacernos comprender una de las propiedades de los electrones: poder estar en dos lugares distintos al mismo tiempo, lo que llamó superposición.
Del gato y su realidad la conoceremos al abrir la caja; en nuestra vida sucede igual: con el tiempo sabremos si fueron verdades o mentiras las declaraciones políticas; nuestro problema es elegir como actuar y luego deberemos afrontar las consecuencias.
Otra paradoja ofrece el concepto de "posverdad" o "política de la posverdad", descrito por David Roberts, en la revista electrónica Grist, el 1 de abril de 2010, donde la definió como "una cultura política en la que la política - la opinión pública y lo publicado en los medios de comunicación - se han vuelto casi totalmente desconectados de la política pública real".
Lo interesante es que esa posverdad suple a la verdad verdadera y a partir de su aceptación se alteran las formas de vida social, según las decisiones políticas y sociales tomadas por los líderes.
Usted recordará a Joseph Goebbels, Ministro de Educación Popular y Propaganda Nazi, que enseñaba once principios de comunicación manipuladora: individualizar al individuo; reunir a los adversarios en un solo grupo; responsabilizarlos de los errores; exagerar y hasta desfigurar; vulgarizar el lenguaje; repetir una idea; producir información rápidamente a fin de distraer; confirmar la veracidad de lo dicho; callar sobre lo que no se tiene respuesta clara y convincente; comparar acciones con historias o héroes pasados y convencer a la gente hablando de unanimidad".
Como lee, lo actualmente novedoso, con las nuevas técnicas, está en usar medios cibernéticos para convencer y nos lo están haciendo permanentemente.
A continuación y luego de repasar algunos principios de la mercadotecnia, le pido reflexionemos sobre la verdad verdadera y a los polarizados en posiciones políticas de México - del pasado y el presente - ; les aclaro que mi propósito contiene la intención de generar libertad para decidir; ... justo, ¿no?
Le pregunto:
¿Qué piensa del neoliberalismo contrastado con el populismo?
¿De verdad entraremos en una "venezualización? o será propaganda política utilizando el temor?
¿Qué medida de verdad tienen las acusaciones hechas contra los gobernantes?
¿Qué porcentaje de las promesas hechas tienen factibilidad de realización?
¿Será posible alcanzar una verdadera transformacón de México, considerando nuestros arraigados vicios de impunidad y corrupción?
Le invito a que reflexione y se involucre en buscar su verdad; por mi parte, le reitero mi postura política apartidista, centrada en el humanismo con el racional nacionalismo.
¿Usted, cómo de define y qué decide?