Urgen a mejorar esquema de frijol
Para el presidente del Consejo de Vigilancia del Sistema Producto Frijol del estado de Durango, Vicente Victorio Robles, al esquema de comercialización de frijol que se implementó el año pasado se le deben realizar varios ajustes y mejoras ya que operó con algunas deficiencias por parte de la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (Aserca).
El campesino originario de la comunidad Cuauhtémoc, del municipio de Cuencamé, detalló que uno de los aspectos fundamentales en los que deberá trabajar el nuevo Gobierno Federal, específicamente a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader, antes Sagarpa), es en los tiempos ya que, como viene ocurriendo en los años recientes, el anuncio del programa se realizó de manera tardía.
"A este esquema de comercialización (del año pasado) yo lo calificaría como regular, porque como lo operó Segalmex (Seguridad Alimentaria Mexicana) está bien el pago del frijol en una sola exhibición, eso está bueno, pero lo que está mal es que no salga en tiempo y forma, es decir, para que esté bien, el esquema tiene que salir en tiempo y forma", opinó el entrevistado.
Otro aspecto negativo del esquema de comercialización que se aplicó el año pasado y en los primeros meses del año en curso, puntualizó, es que se incluyó entre los acopiadores autorizados por Aserca a empresarios que tienen antecedentes negativos ya que han incumplido en el pago de la cosecha a los productores que confiaron al llevar su grano a las bodegas que abrieron en la zona de los Llanos.
En este punto, dijo, coincide un número importante de campesinos que en su momento fueron timados por un empresario que, incluso, fue demandado ante las autoridades correspondientes por el delito de fraude, de ahí que se hace hincapié en que se revise la trayectoria y la honorabilidad de los acopiadores antes de que sean aprobados para participar en el esquema de comercialización.
De igual manera, recalcó que, para mejorar dicho esquema, se deberá incluir a los campesinos que siembren en una superficie superior a las 20 hectáreas, con un tope hasta las 80 hectáreas, pues se trata de productores que posteriormente batallan para comercializar su cosecha y luego se ven obligados a malbaratarla con los intermediarios (más conocidos como "coyotes").
También, señaló que el último aspecto negativo que observa en el reciente esquema de comercialización tiene que ver con el pago del incentivo ya que continúa retrasado en su cumplimiento pues sólo a un reducido porcentaje de productores se les ha entregado ese recurso económico.