Por DAniel Estrada Ortiz
El Siglo de Durango
LA CIUDAD, P.N., DGO.- Huele a madera, también a leña y como no si para el rumbo que se mire hay solamente árboles. Gracias a ellos los habitantes de La Ciudad tienen que comer, pues todos viven de la madera.
Hacen tablas y tarimas, pero hay que buscar otras opciones, para aprovechar mejor toda la materia prima que los rodea; saben que le pueden sacar más provecho si le dan un valor agregado.
Aunque el aserradero tiene 15 años funcionando en su ubicación actual, a píe de carretera, ya son 60 años que el ejido de La Ciudad procesa la madera para venderla en tablas, según platicaron Enrique Estada y Federico García.
Recordaron cómo desde que eran niños la materia prima ya era procesada, pero ahora, ya no es suficiente, “hay que sacarle más provecho para lograr algo más y salir de lo mismo”, mencionaron.
LA MANO femenina
El ejido se vistió de gala para inaugurar la estufa de secado de madera, sobre todo por la presencia del gobernador, por lo que literalmente estuvieron de manteles largos y como es costumbre en esta zona de la región hicieron comida para todos los visitantes y el pueblo.
Hay una mujer muy activa, a la cual siguen con entusiasmo un grupo considerable de señoras que hacen los preparativos para la comida y se encargan de que no se pase ni un detalle para la inauguración oficial de la maquina nueva.
Alma Lilia Mena García, contador público de profesión y administradora del aserradero es quien se encarga de dirigir la organización del evento, mientras que con unos papeles en la mano repasa lo que va ha decir en la ceremonia. Está un poco nerviosa por la presencia del gobernador y demás funcionarios.
ESO NO ES TODO
Antes de que la actividad de inicio, es abordada por El Siglo de Durango y orgullosa comenta del nuevo logro por el cual se esforzaron durante dos años y lo que planean hacer en breve.
La joven mujer señala que está en puerta la construcción de una nave industrial y de manera, se emprenderá un estudio de factibilidad industrial, que indique que actividad de transformación es más redituable de acuerdo a las exigencias de la modernidad.
En otras palabras “Necesitamos conocer que podemos hacer con la madera para obtener buenas ganancias económicas”, mencionó Mena García.
La secadora le da un plus a la producción de madera, ahora queremos seguir con el progreso que ha puesto a este ejido entre los tres más productivos junto con San Pablo y La Victoria.
LAS CUENTAS
Los ejidatarios de La Ciudad reconocen que su fuente de trabajo es generosa y regular, por eso mismo es factible obtener un mayor provecho.
Actualmente el millar de madera en rollo cuesta cinco mil 200, en tanto que en tabla cuesta 650 pesos el millar, tomando en cuenta cuantas piezas se obtienen de un tronco.
Añaden que son 245 agremiados al ejido y por ende, los que gozan de los beneficios que ofrecen los dos aserraderos que hay en el lugar.
De calidad internacional
Gerardo Andrade Martínez, representante de la empresa fabricante de equipo y maquinaria forestal que elaboró la estufa de secado de madera detalló la calidad y garantía con la que cuenta la maquina elaborada bajo exigencias de producción internacional.
La estufa tiene una capacidad de producir entre 25 mil y 30 mil píes tabla, con un proceso que dura alrededor de 120 horas, es decir cinco días.
Con el proceso de estufado se llega a humedades finales de un 12 por ciento, lo que representa un mejor acabado para la madera.
La maquina está equipada con cerebros modernos, elaborados bajo las exigencias de calidad internacional, y su trabajo se garantiza contra lluvia y frío.
Es de destacar que los equipos de seguridad para la caldera y válvulas, garantizan que nunca habrá incendios ni explosiones.