CANATLÁN, DGO.- Realizan el Viacrucis, pero en esta ocasión no fue viviente. Al inicio del recorrido los fieles que se congregaron en la Parroquia de San Diego de Alcalá fueron muy pocos, pero conforme el recorrido avanzó los creyentes fueron sumándose.
La procesión invita a la reflexión de la razón que da sentido al cristianismo, cada paso que Jesús da, el sufrimiento que el personaje padece, así como su muerte; además del dolor que causa este recorrido en sus seguidores.
INTENCIÓN
No es sólo acompañar a la imagen, sino involucrarse con la historia y con la fe, saber del dolor y del sufrimiento encarnado en una sola persona: Jesucristo. La representación se lleva a cabo con el fin de recordar que a final de cuentas toda la tragedia se traduce en amor; el amor que un ser divino padeció como mortal, sintiendo dolor físico y moral, el cansancio en su más rigurosa sensación.
TRADICIÓN
Los fuertes rayos de Sol no fueron un impedimento para que los católicos llevaran a cabo el recorrido; niños, adolescentes, adultos y ancianos siguieron las señales en el suelo que les marcaban la ruta a seguir.
Los cantos y oraciones se hicieron presentes en cada una de las 14 estaciones que las imágenes recorrieron.
CONTRASTE
Algunas cantinas permanecieron abiertas en espera de clientes, mismos que no faltaron. El ruido que provocaban las bolas del billar al interior de los establecimientos invitaban a los transeúntes a entrar y divertirse, mientras que la procesión seguía su camino hacia la iglesia.
“La celebración del Viacrucis tiene un valor muy importante, y lejos de acabar con él se debe orientar para que no se deje sólo como una tradición”, manifestó Ambrosio Arámbula Herrera, sacerdote de la Parroquia San Diego de Alcalá.