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¿Sabes lo que están viendo tus hijos?

Patricio de la Fuente González

Mira, Patricio: “Santiago Creel es un hombre bien intencionado; sin embargo, es excesivamente tibio. Aunado a ello las lagunas legales no ayudan y las televisoras hacen de nuestra dependencia y sus organismos lo que les viene en gana”.

- Juicio de un funcionario de primer nivel en la Secretaría de Gobernación –

ENTRESACADO

Urge promover los valores nacionales, el interés científico y social de los niños. El libertinaje destruye la moral; debemos entender que los contenidos del medio bien enfocados pueden engrandecer al ser humano. Si hablamos de anunciantes, siempre preferirán la presencia de marca sin considerar el impulso de la ética.

¿Te parece normal y adecuado que tu hijo de once años pueda ver, a las tres de la tarde, a Isabel Madow (ahora en España “representando” al país) haciendo el amor en un jacuzzi dentro de la casa de Big Brother? ¿Se vale que artistas de quinta hagan evidente su incultura, utilicen malas palabras y promuevan una laxa moral? ¿Es ético oír a un simple lector de noticias llamado Javier Alatorre gritar poner como nota principal cualquier sandez? ¿ Toleras a ese resentido social apodado “Pepillo” Origel degradando al periodismo, invadiendo la vida privada y erigiéndose como juez? ¿Paty Chapoy se merece tal cartel?... No se trata de condenar a la televisión, tampoco caer en el mochismo puro, simplemente son cuestionamientos que hago y considero darles revisión urgente.

La posmodernidad ha traído consigo una sobresaturación informativa, el espacio mediático se ha ampliado y el televidente tiene frente a sí una inmensa gama de opciones. Estamos en pleno derecho de ver lo que se nos pegue la gana: desde las caricaturas hasta la pornografía plena; sin embargo, menores de edad son expuestos a una impresionante cantidad de suciedades sin tener el criterio para discernir y asimilar. Televisa y TV Azteca ocupan su tiempo en la creación de falsos “líderes”, venden gracias a millones de mexicanos adeptos a las historietas de la empleada doméstica súbitamente convertida en reina. Si en nuestro país no se ha dado otra revolución es gracias a que la “caja idiota” tiene dormida a una manada en pleno estado letárgico, sirviendo el medio como catalizador, elemento destinado a atemperar los ánimos colectivos.

La pareja presidencial nada hará sobre ello, pues no leen periódicos, prefieren ver y se presume que nuestra querida Marta tiene dudosos intereses y preferencias hacia cierta televisora cuyo proceso de licitación sigue siendo turbio y cuyo dueño presumiblemente tiene cola que le pisen. El Secretario de Gobernación, además de incapaz para tender puentes políticos, come de los canales, lo tienen amarrado. Lagunas impiden un control adecuado: la ley claramente establece que está prohibido hacer apología del vicio, utilizar frases de doble sentido, mostrar violencia y delitos, involucrarse en la vida privada y el sexo en cualquiera de sus formas. Existe una evidente omisión de la autoridad para cumplir los preceptos, hay un absoluto vacío de creatividad y no hemos logrado que los medios electrónicos den lo mejor de sí.

Urge promover los valores nacionales, el interés científico y social de los niños. El libertinaje destruye la moral; debemos entender que los contenidos del medio bien enfocados pueden engrandecer al ser humano. Si hablamos de anunciantes, siempre preferirán la presencia de marca sin considerar el impulso de la ética. Necesario participar, demandar de un tibio gobierno que no permita que se corrompa lo más valioso en un menor: la inocencia. A tus hijos enséñales a elegir libre y responsablemente, impúlsalos a entender que hay límites, tiempo para todo: cuando alcancen la madurez adecuada entonces, sólo en ese preciso instante podrán hacer uso de su criterio ya bien forjado.

Las multas que RTC impone a los canales de televisión abierta son de dar risa. En el pretérito el gobierno cooptaba, ahora la tele hace del gobierno su santa voluntad. Caímos de la castración al más absoluto y denigrante libertinaje e irresponsabilidad. ¿Nos hemos puesto a pensar en las consecuencias desastrosas que al país le puede acarrear tal panorama? ¿Quieres que tus niños tengan como modelo a seguir a una prostituta en toda la extensión de la palabra cuyo deporte es “echarse al sobre” a quien le pase por enfrente? Muy en especial los noticieros deben mostrar la realidad tal cual es sin enturbiarla. ¿Te gustaría que los menores entrasen en pleno estado de confusión ante la exageración y la mentira? ¿No sería francamente deleznable que un niño vea ciertos noticieros y pierda la ilusión, esperanza y credibilidad hacia su patria? Gracias a muchos ciudadanos se está comenzando a demandar responsabilidad, hay que unirse en pos de una televisión con compromiso social. Ya no son tiempos del “Teatro Fantástico” y el “Tío Gamboín”, no caben en el tercer milenio; sin embargo, tampoco es válido poner en evidencia lo peor de nosotros.

No condeno a los medios electrónicos. Existen un millar de ejemplos fascinantes, comunicadores comprometidos, programas que engrandecen el espíritu y promueven aquello realmente valioso, eso que a la larga cala y deja huella. La televisión es mala o buena pero finalmente indispensable dentro de un mundo globalizado, sin fronteras, ávido de saber acerca de sucesos ocurridos en las más lejanas latitudes. Sin su presencia quedaríamos incomunicados y probablemente el escenario sería poco halagador.

Calidad y cantidad sobre todas las cosas. Ver la tele es entretenido pero siempre será mejor aspirar a un país de lectores. Si así lo hiciésemos todo el panorama cambiaría, tristemente el mexicano lee medio libro como promedio al año. Encabezando la lista: VICENTE FOX

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