Durango. Hay talentos que pasan su vida perfeccionando su técnica hasta llegar a ser considerados artistas y hay otros, como Roberto Macías, que pertenecen a ese pequeño grupo de personas privilegiadas, poseedoras de una habilidad “nata” para transformar todos los materiales que caen en sus manos en obras únicas, obras que rebasan la imaginación y se materializan en bellas creaciones, admirables a la vista del hombre, “desde niño tuve el interés por manejar los materiales y las formas y era un adolescente cuando empecé a ganarme una lanita con lo que hacía”.
Más que un oficio.
Roberto Macías tiene 48 años de vida y 40 de ellos los ha dedicado a esto que hoy considera con un oficio de vida, una profesión. Ha exhibido sus obras en diferentes foros de Durango; sin embargo, la originalidad de sus obras ha sido motivo de interés y de halago en diversas partes de la República, Estados Unidos y Europa, “en Durango hay muchas personas con la sensibilidad para la obra, pero sin el dinero para adquirirla”, razón por la que sus creaciones se comercializan principalmente en Puerto Vallarta, México DF, Guadalajara y San Miguel de Allende. La mayoría comprada por extranjeros o coleccionistas.
Materializar ideas.
Al preguntarle si es difícil ponerle precio a sus obras, asegura que sí “y no por las ideas románticas de pertenencia” comenta, a la vez que explica que resulta complicado darle valor a algo que tiene momentos y cargas de energía de vida, “porque es difícil materializar las ideas, hacerlas parte de este mundo, convertirlas en algo tangible, intentando que tenga su propia estética”.
Obras.
Entre sus obra destacan las máscaras, las esculturas, los collares y hasta instrumentos musicales de su propia inspiración y estudio. Incluso algunos troncos de árbol se han convertido en verdaderas obras de arte que dan vida a espacio como el Paseo de las Alamedas y el Parque Guadiana, “siempre he tenido el gusto por lo tridimensional y además tenía el interés de hacer esculturas de gran formato. Pero ¿de dónde nace la idea de estas esculturas? “Siempre me interesó la clase de historia de las culturas antiguas y he tenido oportunidad de hacer investigaciones de campo con grupos indígenas, a quienes tuve que hacerles algunas máscaras”. A partir de ahí Roberto Macías ha hecho desde máscaras para performance, hasta máscaras propias basadas en esas tradiciones.
Sus obras.
Sus esculturas en tronco que adornan algunos espacios públicos se encuentran: La Muchacha del Maíz, una pieza de 4.70 metros de altura. La idea que nace después de hacer leído un libro de Los Indios de México “y en lo que corresponde a los Tepehuanos contaban una interesante historia sobre La Muchacha del Maíz”. Después se hizo La Dama de las Aves, de seis metros de altura, que está colocado en un espacio del Parque Guadiana, donde coincidentemente cada año llegan aves migratorias. Están también Danza de Otoño, ubicada en la parte norte del Parque Guadiana, la escultura más grande, de diez metros de altura. La Dama de la Luna se ubica en la Plaza de los Tres Durangos y es la que más le gusta por representar “muy bien la fortaleza de la mujer” y finalmente está La Dama del Agua, ubicada en el Paseo de las Alamedas. “Siempre he creído que las mujeres son superiores al hombre, mi madre fue mi ídolo y por eso me agrada representar a las mujeres en mis obras”.
Datos:
- La música también constituye una de sus pasiones, especialmente todo lo que tiene qué ver con técnicas y tecnologías de construcción de instrumentos, “tengo un gusto especial por las percusiones e incluso a sido el creador de instrumentos musicales; fuera de uso “de las culturas prehispánicas”
- Roberto Macías también se dedica a la investigación de materiales y ha sido el descubridor de la madera de la palma atilera seca, un material con el que ha tenido mucho éxito por su fácil manejo, originando gran interés entre los espectadores.
Materiales en los que esculpe:
- Barro
- Palma (que es mi material consentido)
- Metal, lámina de acero
- Piel
- Madera
- Piedra
Fotofrase
- “Para darle vida a un material muerto, es importante respetar los materiales, seducirlos, tratarlos bien y respetar el proceso de producción. Hay que buscar la mejor manera de que cada pieza tenga su propia emoción y que te implique el interés de la primera vez.
Un llamado de atención a las autoridades
Roberto Macías ha puesto de su parte para, con sus esculturas, hacer un aporte a la “durangolatría”, creando piezas que dan identidad a la ciudad, “se embellece con obras originales “porque para mí, mi París es Durango”; sin embargo, hace un llamado “a quien corresponda” para que se le pueda dar seguimiento y mantenimiento a estas obras (que está suspendido), cuyo único afán es hacer un aporte a Durango, con su oficio.