OBSEQUIOS | EL ARTÍCULO IDEAL PARA QUEDAR MUY BIEN
El color de la envoltura, el secreto que guarda
y cómo se entrega, llevan mensajes ocultos que reflejan la personalidad
Saber hacer un regalo es todo un arte. Altas dosis de sensibilidad, intuición y amor son los requisitos necesarios para tener éxito. Un regalo bien elegido, presentado y entregado es un vehículo excepcional para demostrar sentimientos de gratitud, admiración y respeto.
El regalo nace de un deseo espontáneo de expresar a una persona nuestros sentimientos positivos que se remonta en la historia a tiempos lejanos. El signo más popular por todos conocido se encuentra en los cofres que portaban los Reyes Magos camino de Belén, cargados de oro, incienso y mirra.
Los momentos especiales para hacer un obsequio son múltiples: Bautismo y comunión, cumpleaños, presentes navideños, anillo de compromiso matrimonial, de boda, de empresa o los días señalados como el del Padre, la Madre o el de los Enamorados (San Valentín). Regalar es un gesto de amor que refleja originalidad, así que piensa en aquello que sea útil, que guste y provoque un efecto de sorpresa. Pero esto no es todo. Con paciencia e imaginación se pueden hacer regalos personalizados y únicos que impacten visualmente, aun antes de ser abiertos.
¿Cómo escogerlo?
El objetivo perseguido al hacer un detalle es el descubrir los gustos del destinatario de un modo discreto e indirecto. Las preferencias de la persona querida han de averiguarse sin preguntarlo abiertamente y al mismo tiempo sin revelar nuestras intenciones.
A la hora de juzgar un regalo no es importante si el objeto es muy caro o no. El regalo es un mensaje que enviamos a su receptor comunicándole lo que sentimos por él. Todos los obsequios encierran un significado. Y es muy importante pensar previamente en qué es lo que quiere transmitir.
Un pequeño presente
Todas las celebraciones personales importantes de las personas queridas son una ocasión única para dar una muestra de cariño y afecto a través de un pequeño detalle. Para ello no es necesario que el regalo sea extremadamente valioso, sino algún objeto singular y de especial significado para su receptor.
Tres señales clave
Con sólo ver la envoltura, se intuye si el obsequio fue buscado con esmero, o si fue comprado al vapor y lo único disponible fue una bolsa de papel reciclada. Si al abrirlo lo único que puedes decir es: ¡Ah, qué bonito!, lo más seguro es que lo hayan comprado pensando en sus propios gustos, no en los tuyos. Cuando hablamos de generosidad, cada cual tiene un estándar, pero un buen regalo nunca será el más barato.
El arreglo
Los japoneses inventaron el papel decorado para envolver los regalos. Es así como expresan que el ritual de obsequiar está asociado a los conceptos de belleza, delicadeza y personalización. Para transformar una simple envoltura en una caja mágica, utiliza el lenguaje de los colores, que hablan por sí mismos. Cada tono y matiz produce un efecto especial en nuestros sentidos, así que elige el color de la envoltura de acuerdo con la personalidad de quien recibirá el obsequio.
El rojo, el color del amor, es el más fuerte y lleva consigo un mensaje romántico. También es sinónimo de prosperidad, así que impulsa la continuación de un proyecto relevante. Si lo que buscas es provocar sentimientos, el naranja va muy bien con la alegría; el rosa disipa el mal humor e inspira protección; es un buen color para envolver los regalos de personas mayores. El verde es el tono de los profetas y el amarillo está asociado a los intelectuales.
Lo clásico son las cajas con moños, que tienen la magia de dar alegría a quien regala y a quien recibe. Ahora que si quieres demostrar tu ingenio, aquí tienes buenas ideas. Los regalos pequeños que no son frágiles, como libros o discos compactos, pueden ser envueltos con la copia de algún poema o la letra de una canción que tenga un significado especial. En fin, la envoltura es de vital importancia, no la dejes para el último minuto.
Algunas curiosidades
En China, sus habitantes mencionan el precio del obsequio en voz bien alta a la hora de entregarlo para que todos los presentes admiren el gesto realizado.
En Japón y en algunos países de Latinoamérica es de mala educación abrir el regalo en el momento que te lo entregan.
Los franceses agradecen como nadie un buen regalo. para ellos regalar es algo muy importante y cuidan en extremo todos los detalles. Les encanta celebrar cenas en restaurantes y están especialmente orgullosos de sus conocimientos gastronómicos.
Los belgas disfrutan de una excelente cerveza, que les acompaña en todas las celebraciones. Sus postres y chocolates son de los mejores del mundo.
Para tener muy en cuenta
El regalo debe ser una manifestación sincera del cariño y del aprecio hacia otra persona, por lo que exige dedicación en su elección.
El regalo debe ser algo que vaya a gustar a la persona que lo recibe, por lo que hay que preocuparse por conocer sus gustos, aficiones, etc.
Lo más valorable de un regalo no es el costo del mismo, sino la
dedicación que se ha puesto en su elección.
Los regalos muy personales (colonia, ropa, etc.) sólo deben hacerse a familiares y amigos muy allegados.
Un regalo que siempre será agradecido son las flores y los libros.
El valor del regalo debe ser apropiado a la ocasión, ni demasiado discreto ni demasido costoso, ya que la persona que lo recibe podría quedar en una posición incómoda.
Hay que evitar regalos poco originales, demasiado “típicos” (por ejemplo, regalar a los novios marcos, bandejas, etc.) demuestran muy poco esfuerzo en su elección.
Hay ocasiones especiales en las que hay que regalar y no hacerlo demostraría una falta de atención inexcusable: cumpleaños,
nacimientos, bodas, etc.
Hay que regalar en el momento oportuno: antes de la boda, el día del cumpleaños, cuando se visita al recién nacido, etc.
Un regalo tardío pierde aliciente y demuestra falta de atención.
Si la invitación es a comer o a cenar hay que llevar un detalle, como flores, bombones, en muestra de agradecimiento.
Hay que cuidar la presentación del regalo, su envolotorio (no se
puede entregar un regalo en una bolsa de plástico cualquiera).
FUENTE: Investigación El Siglo de Durango.
Para el agasajado
Al igual que el que obsequia algo, la persona que fue objeto de un detalle es importante que tome en cuenta las siguientes consideraciones.
Debe agradecerlo sinceramente: hay que valorar la dedicación que ha puesto la persona que nos regala, con independencia que el regalo nos guste o no.
Si el regalo fuera una caja de bombones se ofrecerá a los postres, si fuera una botella de vino se servirá en la comida.
El regalo se mostrará al resto de los invitados y luego se guardará cuidadosamente, evitando que el regalo quede “arrumbado” en un
rincón del salón.
Si fueran flores se pondrán en un jarrón y se colocarán en un lugar bien visible del salón, del hall, etc.
Hay que ser delicado si algunos invitados han aportado algún detalle y otros no: hay que evitar que estos últimos se puedan sentir
incómodos.
Cuando se marche la persona que ha regalado se le volverán a dar las gracias.
Los regalos no deben cambiarse, sólo en casos muy concretos
como, por ejemplo, un libro o música que ya se tiene.
FUENTE: Investigación El Siglo de Durango.
Son bienvenidos
La ocasión amerita el presente, aquí algunas ideas.
Flores y plantas, naturales o secas
Vinos y otros licores
Colonias y artículos de tocador
Chocolates, bombones, delicatessen
Corbatas y pañuelos
Perfumes
Zapatos
Libros y discos
Bolígrafos y plumas de calidad y otros artículos de escritorio
Complementos
Bisutería
FUENTE: Investigación El Siglo de Durango.