Reportaje | ¿Mito o Realidad?
Buenos o malos,
con alas o sin ellas, pequeños o grandes, todos son seres
con una misión qué cumplir en este mundo
Están cerca de ti, no los puedes tocar ni tampoco escuchar, y aunque no pueden leer tus pensamientos, a cambio tienen el poder de tocar el alma e iluminar tu camino por el mundo, su nombre: Ángeles.
Desde el arcángel San Gabriel hasta el famoso Cupido, los ángeles constituyen una parte importante de algunas creencias religiosas y son considerados por la cultura popular como seres “mágicos” o “espirituales”. Si bien la existencia de estas criaturas no puede probarse con pruebas tangibles por lo menos hasta nuestros días. Sin embargo como toda mitología su presencia es real, desde el momento en que forman parte de la historia y son protagonistas de relatos contados por personas que establecieron contacto con ellos.
Dulce Compañía
Desde pequeños se nos acostumbra a solicitar el auxilio de estos seres, en especial del más nombrado de todos, el Ángel de la Guarda. Y como la oración lo dice estos amigos celestiales no nos desamparan ni de noche ni de día. Científicamente, en especifico en la Universidad de Metafísica de Los Ángeles California, se ha determinado que la importancia básica de estas criaturas no es quiénes o qué son, sino lo que hacen, por eso su nombre de Ángel significa mensajero.
En México los diferentes puntos de vista de religiosos, católicos, protestantes, testigos de Jehová, coinciden al considerar que los Ángeles son seres divinos pero difieren en atribuirles milagros. Lo cierto son las investigaciones y juicios de especialistas que coinciden en que son entes incondicionales que esperan a que les pidamos ayuda y están con nosotros hasta el día de nuestra muerte para atestiguar ante Dios nuestras buenas obras. Algunas de las funciones de los ángeles custodios son: proteger de las tentaciones, acompañar en la vida diaria, servir de guía y consuelo de los afligidos
Los bondadosos
De cualquier manera ahí están, en esculturas o pinturas, en murales o en iglesias, los podemos observar incluso en panteones cuidando las tumbas, su presencia es familiar, pero no todos son iguales, comúnmente se les representa como: Serafines, que son los que personifican la caridad divina, tienen tres pares de alas, y con miles de ojos en ellas. Están tan cerca de la “luz divina” que utilizaba un par de alas para cubrirse el rostro, otro para el cuerpo y un tercero para flotar ante Dios. En la tradición hebrea se les describe como “serpientes de fuego”. Son los más brillantes de los coros angélicos. Y los Querubines, que son los que reflejan la sabiduría humana, aunque en la angelología cristiana son descritos como bebés o niños alados. Esta visión surge de la imagen del dios Cupido. Según la tradición judeocristiana, Dios los designó como guardianes en la entrada del Jardín del Edén, por lo que sostienen espadas llameantes. El profeta Ezequiel los describe con cuerpos humanos, cuatro alas y cuatro rostros.
Los más conocidos por la cultura cristiana, judía e islámica, los podemos encontrar en la ciudad de Durango en los templos de San Miguel y Los Ángeles, en Santa Ana y por supuesto en la Basílica Menor de Catedral, y son: Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel.
Testimonio de aparición
Su nombre Yolanda Patricia Martínez, docente y psicóloga. Tuvo contacto con un Ángel a los 23 años de edad, durante su estancia en el poblado de La Tinaja, Durango. Esta duranguense nos confió que sólo una vez ha tenido una visión celestial, pero esa ocasión fue más que suficiente para cambiar el rumbo de su vida. “Fue una imagen extraordinaria, lo vi frente a mí con un cofre en las manos que depositó en el buró de mi recamara y no fue producto de mi imaginación”, afirmó esta mujer, tras explicar que tres días antes de mirar al ser de luz, estuvo escuchando pasos sin motivo alguno.
La imagen que vio fue muy clara, esta inesperada aparición estaba rodeada de un halo de luz, con las alas bajas y con sólo mirarla le trasmitió una sensación de bienestar y protección inexplicables. Después de este encuentro Patricia estudió la carrera de Psicología con el objetivo de encontrar una explicación racional a lo que sus ojos habían mirado y su mente se negaba a aceptar, después de estudios e investigaciones concluyó que este mensajero traspasó el umbral de la materia para que más tarde ella diera testimonio de la existencia de estos enviados celestiales.
Para todos los gustos
En Durango existen diversos locales comerciales, tiendas departamentales o galerías de arte que tienen a la venta pinturas o piezas decorativas de ángeles, pero existe un ser angelical para cada día de la semana, que nos dará la fuerza que necesitamos para iniciar el día.
Día Personaje Color Tipo de ayuda
Lunes Jofiel Amarillo y Oro Mensajero de los secretos del corazón
Martes Chamuel Rosado y Naranja Protección contra celos y envidias
Miércoles Gabriel Blanco, Plata y Celeste Protege a las embarazadas
Jueves Rafael Verde y Blanco Curación y optimismo
Viernes Uriel Tonos dorados Canaliza energías de abundancia
Sábado Zadkiel Violeta, Fucsia y Lavanda Ayuda a brindar el perdón
Domingo Miguel Rojo y Azul Propicia valor ante la adversidad
Retrato de un ser
Están de moda en esculturas o cuadros, en veladoras o como objetos de adorno, pero no todos poseen las características propias de una criatura de éstas, que son las siguientes:
Llevan un objeto en la mano con frecuencia relacionada con su función.
Su voz no llega a los oídos
humanos, su lenguaje es el de los pájaros.
Tienen un halo de luz sobre la cabeza o rodeados de una aura luminosa.
Suelen aparecer con grandes alas desplegadas.
Casi siempre aparecen descalzos y de vez en cuando los ilustran con sandalias.
Los caídos
Según cuenta la leyenda, el Diablo es el ángel caído que por desobedecer a la máxima autoridad quedó sentenciado a ser el malo del cuento, sus nombres más comunes son: Satán, Abadón, Samaliel, Beliel, Belcebú, Yander, Azazel, Mastema y Lucifer.
Los de maldad
buscan dañar con:
Asedio, provocarle miedo a la humanidad.
Obsesión, atacar al hombre con injurias.
Posesión, se apoderan del cuerpo del hombre.
Milagros aparentes que confunden a los fieles.
Tentación de los siete pecados capitales.