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Historia del buen sabor

VERÓNICA CASTRO BOJÓRQUEZ

Si desea pasar una tarde o una noche rodeado de las maravillas que ofrece la vida campestre, respirar aire puro y disfrutar de una deliciosa cena o comida, La Plaza le ofrece una opción excelente para disfrutar en compañía de toda su familia de un ambiente tranquilo y la gastronomía suculenta del restaurante- bar “Hacienda La Providencia”, la cual es propiedad del matrimonio integrado por Mónica Von Bertrab de Duffour y su esposo Ricardo Duffour.

El sitio en el que está ubicado el restaurante cuenta con doscientos años de historia, debido a que el lugar anteriormente fungió como una fábrica de hilados y tejidos; ahora, convertido en restaurante ofrece una variedad de platillos para todos los gustos y bolsillos.

DIVERSIÓN FAMILIAR

Si usted parte de la Catedral de Durango a El Pueblito, en 15 minutos se encontrará en uno de los paseos turísticos más frecuentados de la ciudad. La tranquilidad del lugar y su belleza dejan disfrutar una estancia que se convierte en algo más que comer, si no en un paseo, por su extensión y diversión, juegos infantiles, y la posibilidad de ampliar la comida a cena o de noche de bar y discoteca. El ambiente es totalmente familiar, aseguró su propietaria y gerente.

Tiene una extensa área de juegos infantiles, en donde puede organizar la piñata de sus hijos. La capacidad del restaurante es de 250 personas, pudiéndose ampliar hasta 1200 en el área de jardines. También ofrece salones privados para una diversidad de eventos, que van desde bodas hasta reuniones de trabajo.

VARIEDAD DE PLATILLOS

Este sitio ofrece una variedad de más de cincuenta platillos a escoger, con excelentes precios al alcance de cualquier comensal duranguense.

Entre los más reconocidos se encuentran: Los filetes volcán, cherokee y “El Tapado”; el tradicional caldillo durangueño, los riquísimos camarones kimosabi o al tequila; las ricas sopas azteca o conde. Así como las pechugas rellenas “La Providencia” y la silver. Los sabrosos entremeses como los champiñones al ajillo, queso cilantro, fundidos, tacos de camarón y chilorio.

Los carnívoros de corazón tienen la opción de probar los cortes americanos asados a las brasas; y para los amantes de los mariscos hay filetes de pescado preparados a su gusto; el salmón “Hacienda” es uno de los platillos favoritos de los clientes asiduos al lugar.

También hay postres, que son una delicia; pruebe el flan, pay, repostería, las crepas de cajeta o mango, los plátanos flameados Singapur y los mangos al tequila. Para acompañar sus platillos cuentan con una extensa carta de vinos y bebidas preparadas para todos los gustos.

Los pequeños de la casa no han quedado excluidos de la carta, para ellos hay: nuggets de pollo, milanesas, arrachera infantil y espagueti a la boloñesa; todos incluyen refresco y gelatina.

PERSONAL CAPACITADO

El personal es capacitado de manera constante para que ofrezcan el mejor servicio a las personas que honrar con su presencia a este magnífico lugar.

Veinte empleados son los que laboran en este sitio, cuentan con un chef, tres cocineras, los meseros son solicitados dependiendo del número de comensales que reciban.

Si usted desea un desayuno en “Hacienda La Providencia” puede comunicarse con la señora De Duffour, quien le hará un paquete especial si usted lo desea, siempre y cuando haya un número mayor de treinta personas.

La misión de este sitio es dar un buen servicio al cliente para que salga contento y satisfecho al probar la comida que le ofrecen.

ANTECEDENTES

Fuente de empleo

Corría el año de 1827 cuando José Fernando Ramírez y don Germán Stahinetch acudieron ante las autoridades para establecer en los márgenes del río Tunal, en el sitio denominado como “El Molino”, una factoría de hilados y tejidos de algodón.

Se le denominó “El Tunal”, nombre que conservó hasta ser adquirida por la familia Garza a finales del siglo XIX, cuando cambió a “La Providencia”.

Primeramente se manufacturaron hilados y tejidos; después las actividades incluyeron estampados y teñidos. Era la época de los obrajes, por lo que tuvo el honor de ser la primera fábrica mecanizada en toda América Latina; con el paso de los años logró ser una fuente de empleo para los vecinos del lugar.

En 1939 pasó a ser propiedad de la familia Duffour. La planta operó con éxito hasta 1992, cuando cerró sus puertas y con ello un capítulo de la historia de Durango en la rama de textiles.

Fue en 1995 cuando esta propiedad reabrió sus puertas, ahora con un nuevo concepto “Estampida Disco & Rodeo”, único espectáculo de media noche en vivo en esta ciudad. La gran afluencia de personas creó la necesidad de abrir un restaurante, y fue el 6 de diciembre de 1996 cuando nació en Durango “Hacienda La Providencia”.

FICHA TÉCNICA

LUGAR: “Hacienda La Providencia”.

PROPIETARIOS: Ricardo Duffour y su esposa Mónica Von Bertrab

UBICACIÓN: Av. Benito Juárez No. 4, El Pueblito, Durango.

TELÉFONO: 825-38-88 y 825-33-77.

HORARIO: De domingo a jueves de 13:30 horas a 18:30 horas; viernes y sábado de 13:00 horas a 01:00 horas.

Escrito en: ofrece, platillos, “Hacienda, sitio

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