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Editoriales

Importancia de la novela policiaca

Enrique Arrieta Silva

La mayoría de los estudiosos de la novela policiaca dan por fecha de su nacimiento la de 1840, que es el año en el que Edgar Allan Poe da vida a su cuento El doble asesinato de la calle Morgue y a su personaje el detective Auguste Dupin. Mas sin embargo, no dejan de reconocer antecedentes remotos de este género, tan remotos que datan del siglo V a.C., como es el caso de Edipo Rey, del autor dramático Sófocles.

Es claro que una visión superficial y poco atenta del género policiaco pudiera llevar a pensar que el tema del crimen es antiestético y de poco mérito. Sin embargo a los que así piensan hay que recordarles o hacerles ver que pueden contarse en muchas las grandes obras de la literatura universal que tratan el tema con verdadera finura, maestría y elegancia artística, como lo son Macbeth de Shakespeare, Los miserables de Victor Hugo y Crimen y castigo de Dostoievski; no estando por demás señalar que hasta el destacado polígrafo británico Gilbert K. Chesterton, considerado como uno de los más altos exponentes de la lengua inglesa, incursionó en el género policiaco, creando por cierto a su singular detective, que era ni más ni menos que un sacerdote: el padre Brown, quien al mismo tiempo que combatía el crimen trataba de ayudar a los delincuentes a salvar su alma.

Por otro lado, los autores y personajes de la novela policiaca son bastantes y de renombre: Edgar Allan Poe y su Auguste Dupin, Conan Doyle y su Sherlock Holmes, Gilbert K. Chesterton y su padre Brown, Ágatha Christie y sus Hércules Poirot y señorita Marple.

A los autores renombrados anteriores pueden sumarse: Charles Dickens, Maupassant, Balzac, Voltaire, Mark Twain, Von Kleist, Borges, Bioy Casares, Chejov, Hemingway, Aldous Huxley, Kipling, Lewis, London, Maugham, Arthur Miller, Sagan, Sartre, Steinbeck y R. L. Stevenson, quienes en sus obras incluyeron narraciones de tipo delictivo.

De menor categoría a mi juicio, que los anteriores, pero también bastante conocidos, dada su divulgación comercial, vienen siendo: Dashiell Hamrnett y su Sam Spade, Rex Stout y su Nero Wolfe, George Simenón y su inspector Maigret, Lee y Danay y su Ellery Queen, Earl Stanley Gardner y su abogado detective Perry Mason, Van Dine y su Phillo Vance, Mickey Spillane y su Mike Hamrner, y así hasta llegar a los muy comercializados por el cine lan Fleming y su James Bond, quien es el agente 007 con licencia para matar y es una especie de detective, galán y espía que hace uso en sus correrías de la más increíble tecnología de punta en toda suerte de aparatos y aparatejos.

Para quienes guarden alguna sombra de duda sobre la valía de la novela policiaca, hay que decirles que algunos de sus autores han tenido grandes conocimientos científicos y técnicos, como Sir Charles Snow, quien en Capa de barniz demuestra ampliamente sus grandes conocimientos de medicina forense al describir con maestría paso a paso la autopsia de la víctima. También Edgar A1lan Poe, en El doble asesinato de la calle Morgue, introduce elementos científicos y análisis científico que conduce a la resolución del caso. y por lo que hace a Conan Doyle, hay que tener presente que era médico y que por lo tanto era dueño de un buen número de conocimientos científicos, mismos que permiten a su personaje Holmes utilizar el método científico y cierta experimentación en la solución de sus complicados casos y emplear la deducción para lograr con la observación de los pequeños detalles resultados que sorprenden al lector y a su ayudante, el fiel Watson. Lo que es más: el mismo prestigiado científico Isaac Asimov, en Las bóvedas de acero, creó la primera mezcla de crimen con ciencia ficción, materia ésta que tan bien manejó.

Arthur Conan Doyle escribió sesenta aventuras de Sherlock Holmes; de ellas, según mi modesto criterio, las mejores son El perro de Baskerville y La marca de los cuatro. Es sin embargo en Un crimen extraño, en la que incluye un capítulo por demás interesante que se intitula ni más ni menos que "En donde se ve que la deducción puede llegar a constituir una verdadera ciencia". Es en este capítulo en donde Holmes hace apreciaciones magistrales sobre la deducción como ésta: "Presentad una gota de agua a cualquier hombre dotado de un poco de lógica y será capaz de deducir por aquella simple gota la existencia del océano o del Niágara, sin que jamás haya tenido la menor idea ni del uno ni del otro. La vida de todo individuo es a modo de una cadena, en la que basta conocer uno de sus eslabones para deducir cómo son todos los demás. Para ello, es verdad, se necesitan condiciones de deducción y análisis; pero estas condiciones son necesarias para todas las ciencias en general; no pueden llegar a conseguirse sino después de un detenido estudio, y la vida entera de un individuo no sería bastante para llegar a un grado de perfección en la materia".

De los autores citados, dos son a mi juicio los que ocupan la cumbre: Conan Doyle con su Sherlock Holmes y Agata Christie con su Hércules Poirot y su señorita Marple. Los dos autores pertenecen por cierto a la escuela inglesa o novela-problema y con un número muy considerable de obras, pues mientras que en Conan suman sesenta aventuras, en Ágata son ochenta y una.

La escuela inglesa o novela-problema es a mi criterio muy superior a la escuela americana o serie negra.

Así por ejemplo Sherlock Holmes es extraordinariamente inteligente y con conocimientos de Botánica, Química, Anatomía, Literatura, de la ley inglesa y por añadidura toca el violín, según una lista de conocimientos que de su patrón hace Watson, en el capítulo II de la primera parte de Un crimen extraño, en donde también dice que maneja bien el bastón y es diestro en el boxeo. En cuanto a sus costumbres, dice Watson que no era un hombre de vida desordenada, modesto en su manera de ser, regular en sus costumbres, rara vez se acostaba después de las diez de la noche, el día lo pasaba en el laboratorio químico y la sala de disección, daba largos paseos por las afueras de la población, con periodos de excitación y de postración o meditación y de una perfecta moralidad en su vida.

Sin embargo, hay que decirlo, Holmes era un fumador empedernido y se inyectaba cocaína como estimulante poderoso para activar el funcionamiento del cerebro, a veces hasta en tres ocasiones al día, aunque reconociendo que la influencia de esa droga era perniciosa. Hay que considerar que en ese tiempo no se trataba de una droga ilícita, pero de cualquier manera se tiene que reconocer que Sherlock no pasaría un examen antidoping de los actuales. Fuera de esa consideración, se trata de un personaje extraordinario y del paradigma de 1os detectives.

Los detectives de la escuela inglesa son cerebrales y puede decirse que pocas veces portan pistola y que cuando lo hacen rara vez la usan. Por ejemplo Sherlock, por verdadera necesidad, lo hace en La marca de los cuatro, disparando su revólver sobre un salvaje al que priva de la vida, y por lo que hace a los dos más famosos personajes de Agatha, que son Hércules Poirot y la señorita Marple, el primero es un oficial de policía jubilado, de origen belga, que no utiliza para nada la violencia sino el racionamiento lógico y la segunda es una solterona inglesa que no es una detective profesional y que en vez de lupa para localizar pistas usa su instinto y su conocimiento de la naturaleza humana, y que como dama y persona de edad está muy alejada de toda violencia.

En cambio, el detective de la escuela norteamericana no es cerebral sino pragmático, galán, muy dado al sexo y extremadamente violento. Es además rudo, inculto, mediocre, con excepción de Perry Mason, que es abogado, muy proclive a resolver sus casos a golpes y a balazos y muy dado a valerse más de su instinto que de la observación y la deducción.

Es hasta brutal, así por ejemplo Mike Hammer, uno de los prototipos de detective americano en la novela Yo el jurado, constituyéndose en juez y jurado al mismo tiempo, personalmente ejecuta sin ningún remordimiento, de un disparo de 45 en el vientre, a la bella Charlotte porque había sido la asesina de su gran amigo Jack Williams.

Para concluir, porque me estoy alargando demasiado, considero que en la formación de los agentes de Ministerio Público, de los agentes de la Policía Ministerial y de los peritos que son los que intervienen en una investigación criminal se deben incluir dentro de las materias de criminología y de criminalística la lectura y análisis de la literatura policiaca, tanto de la escuela inglesa-problema y de la escuela americana o serie negra, o bien como una materia autónoma, porque estimo que ayudan mucho a bien pensar y a mejor actuar.

Ahora bien, ¿por qué de la escuela inglesa-problema y de la escuela americana-serie negra? La escuela inglesa-problema para aprender lo que se debe hacer y la escuela americana- serie negra para aprender lo que no se debe hacer. Es cuanto.

Escrito en: escuela, Holmes, inglesa, Sherlock

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