En la actualidad el Instituto Durango, como otros planteles de la República y el extranjero, son administrados por los frailes desde el año de 1944, que por una crisis magisterial y, de común acuerdo con el Patronado del Colegio, el Excmo. Sr. Arzobispo D. José María González y Valencia encomendó la dirección y administración del mismo a los Padres Franciscanos, siendo su director en aquella época el activo y competente R.P. Fray Agustín Ramírez, que estuvo en su administración hasta el año de 1951.
Los fondos que del Instituto Durango se obtienen sirven para un sinnúmero de obras de caridad; entre las principales ayudar a los otros frailes o franciscanos que se internan en la sierra a lugares recónditos, para ofrecer su ayuda a los que la necesitan o no, de una manera incondicional.
El Instituto nace en Durango en el ciclo escolar 1942-1943 por la necesidad de tener una institución educativa con orientación católica, por los lasallistas Agustín Ramírez Torres y Ramiro Peña. Su primer recinto fue el convento del Templo de los Ángeles, iniciando como colegio de niños de acuerdo a la modalidad de internados.
Su matrícula era compuesta por niños de escasos recursos de la periferia de la ciudad. Tiene 37 años que abrió sus puertas a la educación mixta, precisamente cuando se inició la construcción del edificio actual, ubicado en el cruce de los bulevares Fanny Anitúa y Armando del Castillo.
En principio impartió su instrucción en un edificio situado en la calle de Zaragoza esquina con avenida 20 de Noviembre, posteriormente se mudó al edificio donde actualmente está el Colegio Guadiana.
La infraestructura deportiva del Instituto está conformada por una cancha de futbol, la cual será complementada con la construcción de una pista atlética de cinco o seis carriles, lo que hará entrar al Instituto Durango en el círculo selecto de instituciones educativas que tienen esta clase de instalación deportiva. Uno de los proyectos que se pretende aterrizar es la conclusión del auditorio, el cual cuenta con un diseño elegante y vanguardista con foro interno y externo.
LA HISTORIA
La ciudad de Durango en los años cuarenta no contaba con un colegio particular exclusivo para niños hasta el 2 de agosto de 1942, en que abrió sus puertas por primera vez el Instituto Durango, fundado por el Excmo. Sr. Arzobispo D. José María González y Valencia, de feliz memoria, quien trabajó con un grupo de maestros para encomendarles el cuidado del plantel.
En esta fecha se iniciaron los cursos de primaria y secundaria, la sociedad duranguense respondió con entusiasmo a tan importante obra. El alumnado, integrado por 150 niños de familias distinguidas, estuvo guiado por un cuerpo docente de seis maestros distinguidos, dirigidos hábilmente por Pomposo Bravo, de esta manera tuvo sus principios el Instituto y siguió funcionando normalmente.
Aún ahora, después de mucho tiempo, muchos de aquellos alumnos recuerdan con cariño y gratitud las excursiones de los boy scouts, los coros dirigidos por la Sra. Conchita Saravia de García, la asistencia a la Santa Misa en el Templo de San Juan de Dios, celebrada por el capellán del colegio, padre Victoriano Uribe.
Esta institución siempre se ha caracterizado por el compañerismo que reinaba en los alumnos; el espíritu de trabajo y disciplina animaban a maestros y discípulos. Todavía se recuerda con estimación a los primeros maestros Alfonso y Armando Longle, Enrique Villanueva, segundo director y los profesores Luis y Juan Hernández Romo. Atravesando en este tiempo el colegio por una crisis de personal magisterial y, de común acuerdo con el patronato, el Excmo. Arzobispo González y Valencia encomendó la dirección y administración del mismo a los padres franciscanos, quienes lo han tenido a su cargo hasta la fecha.
Sucedió esto por el año de 1994. El director fue el activo y competente fray Agustín Ramírez, hasta el año de 1951, quien desarrolló un vasto y esmerado plan de reformas educativas tanto en el profesorado como en el alumnado, captando la simpatía de la sociedad, tanto por sus dotes personales como por su amplia cultura y espíritu de organización. Por desgracia, su visión del porvenir no encontró suficiente comprensión ni apoyo en muchas personas.
Su intención era poner los cimientos de una futura Universidad Autónoma en Durango, como centro educativo de la región norte del país; de esa manera se salvaguardaría la herencia cristiana hispana de nuestra cultura. Hoy la institución se encuentra en una etapa de renacimiento para recuperarse de una década difícil donde alumnos, padres de familia y su director fray José Raúl Higuera Navarro trabajan arduamente, echando mano de todo lo que tienen a su alcance, incluso hasta la ayuda de los ex alumnos para no perder ese valor y prestigio que ha tenido durante sesenta años.
LA MISIÓN
Es una comunidad educativa de inspiración franciscana, que desarrolla y presta servicios académicos, de excelente calidad, pretende formar integralmente al estudiante, para que se desempeñe plenamente en los diferentes ámbitos de la vida y satisfacer las necesidades de la sociedad encontrando la trascendencia en el servicio a los demás y afirmar su identidad en la confluencia de tres dimensiones substanciales: su ser educativo, su ser católico y su ser franciscano.
LA VISIÓN
Esta institución no es lucrativa, es humanista, que concibe al hombre como origen, centro y fin de cultura, que pretende colaborar en la formación integral de la persona, para que viva y transmita los valores evangélicos al estilo franciscano, como respuesta a los retos del mundo actual e imparte programas educativos a los niveles elemental, básico, medio superior y licenciatura, en una permanente búsqueda en la excelencia académica.
SESENTA AÑOS
Es una escuela que cuenta con 60 años de experiencia educativa, persigue la excelencia, con educación a la vanguardia, el alumno tendrá una educación integrada con materias como: inglés, computación, deportes, danza, música, canto y otras. El personal se encuentra capacitado para integrar la tecnología a la clase (videos, computadoras e Internet). Pretende formar integralmente al estudiante en el área de preescolar, primaria, secundaria y preparatoria.
Fray José Raúl Rentería Navarro, director del colegio, expresó que pronto van a cumplir un año de tener en sus manos la nueva administración, misma que está trabajando en todas las áreas; en lo académico, en lo material se ha trabajado bastante, en la disciplina y en todo lo que es importante para un padre de familia, además el Instituto cuenta con toda una tradición educativa franciscana, no se habla de una escuela marca “patito” que apenas comienza, se cuenta con un Ideario Educativo, que es el alma de todos los colegios franciscanos de la República, entonces se quiere que en Colegio vuelva a ser lo que por mucho tiempo fue y que por diferentes circunstancias se encuentra en un bache.
LOS PRIMEROS
Fue el primer colegio particular en el estado y ha formado tantas generaciones, muchos de los egresados son grandes empresarios que se encuentran haciendo mucho por la economía del estado.
Se pretende volver a lanzar la oferta de lo que es realmente el Instituto, que en muchos años fue el mejor y por consiguiente es un sueño que puede volver a hacerse realidad. El aula de medios de comunicación está casi completa, tendrá lo que es Edusat, Internet y todo lo necesario para lograr tener una aula con los avances tecnológicos pedagógicos, las instalaciones cuentan con una cancha de futbol empastada y el auditorio está por concluir.
La comunidad educativa franciscana la conforman todos los directivos, maestros, alumnos, padres de familia y ex alumnos que trabajan arduamente, todos interesados en que el colegio vuelva a ser el mismo, siempre ha tenido la fama de tener un buen nivel académico y maestros excelentes, por lo que se quiere integrar a los ex alumnos para que apoyen a esta plantilla con su experiencia.
A partir del año que entra tendrán la certificación como escuela de calidad. Otro punto importante es que las escuelas franciscanas nunca han sido elitistas, se forman generaciones tanto como de una clase social como de otra, es una formación igualitaria.
Se trabaja en conjunto con los padres de familia, es decir, todos forman una sola familia, todo el personal interviene en la educación de los jóvenes. Se les invita al colegio, los padres deben respaldar la educación de sus hijos. La cuota no es muy cara, si se toman en cuenta los servicios que ofrece, los costos de inscripción y colegiatura son mínimos.
Ayuda
Egresados, fuerte pilar
En los 60 años que tiene del colegio ha salido un sinnúmero de generaciones de alumnos, mismos que hoy son conocidos empresarios y personas que están dentro de la vida productiva en el estado de Durango.
Lo que se quiere es que participen en actividades sociales, deportivas, dentro del Instituto. Apoyando también al Departamento de Pastoral. Son personas que tienen una base firme de educación y, sobre todo, la formación del colegio, que es demostrada en sus valores; los ex alumnos pueden dar mucha ayuda a esta nueva etapa del Instituto con sus propuestas. Durante todo lo que va del año ya se han entablado algunos contactos con ellos, mismos que han ofrecido su apoyo en lo académico. Los egresados son la mejor recomendación.
ANEXO
Ex alumnos
Generaciones
Personas con gran preparación académica y con actividades de gran importancia en la ciudad de Durango.
Andrés de la Parra
Francisco Arroyo
Francisco Antúnez Benítez
Ricardo Fernández de Castro
José Ramón Valdez
Corín Martínez
Héctor Ricalday
Carmen Salas
Sergio Torres
Felipe Salas García
Héctor Vela
Yolanda de la Torre
Antonio Irazoqui
Edgar Azeff Córdova
Carlos Ruiz Piña
Gustavo Linden Bracho
Héctor Minchaca
Rosa Isela de la Rocha
José Pacheco
Ana Isabel Haro
José Luis Mercado
Guillermo Madrazo
Alberto Pérez Arellano
Francisco Ramírez del Toro
Jaime Ibarra
Leopoldo Flores
OPINIÓN
La mejor opción
“La educación del Instituto Durango es valiosísima y fue de mucha ayuda para mi formación, tanto profesional como moral; hoy este tipo de enseñanza desafortunadamente va desapareciendo”.
Ricardo Bracho Wolf,
Abogado
“Estuve en tres etapas distintas dentro del Instituto Durango, lo que más recuerdo es la excelente enseñanza de los franciscanos; los valores que te enseñan son decisivos en tu formación como persona”.
Héctor Javier Minchaca,
Contador Público
“La palabra para definir la educación del Instituto Durango es ‘excelente’, porque la formación que recibí en cuanto a moral y orden fue muy buena, lo que ya no se enseña en la actualidad”.
Andrés de la Parra,
Empresario
“La formación de valores morales ya no se enseña en la actualidad, el Instituto Durango fue la mejor institución en su tiempo y hoy requiere del apoyo de todos; la enseñanza franciscana vale la pena”.
Marco Antonio Prado,
Licenciado en Informática